Viajó junto a su padre de 74 años. Peleó junto a otros argentinos para que la AFA disponga de entradas a precio FIFA en la final. Quizás sea su último mundial, pero quién le quita lo bailado.
Juan Martín Marich y junto a su padre, Jorge Eduardo, viajaron para disfrutar del Mundial desde el comienzo hasta el final, con el desafío de vivir en Doha, siendo argentinos, con nuestro efecto dólar y batallar para tratar de estar en la mayor cantidad de partidos posibles, y lo hicieron.
«Fue mi tercer mundial, la tercera la vencida, la tercera copa y ver a Leonel levantarla fue la frutilla de todo. Costó mucho estar acá un mes completo», expresó en su cuenta en la red social.
Y lo más fuerte fueron las palabras para su viejo, y esa «virgencita» que los une en el laburo, en esa cuadra que entrte bolsas de harina, el pan, las facturas, las idas y vueltas de este país, los encontró en Qatar: «Feliz por estar con mi viejo de 74 años que se bancó todas las caminatas, saltó a la par de nosotros, lloró como un nene como cada uno de nosotros, sufridos, pero campeones».
«Me llore todo», dijo a EL CHUBUT Digital todavía desde Doha, esperando volver a la Argentina y a su Trelew. En el momento que Montiel metió el penal decisivo «se me pasó en la cabeza todo lo que hicimos. Es un cierre completo, todo el mundial y campeones. Fue genial: fiesta, fiesta».
Juan Martín compartió las vivencias, como en Rusia, con gente de Trelew y Rawson. Se armó un grupo y veremos si en el 2026 podrán viajar a esa copa que tendrá como anfitriones a EEUU, Canadá y México. Si podrá o no, quién le quita lo bailado, gritado, saltado y festejado: disfrutó junto a su viejo de ver otra vez campeón a la Argentina y liderado por Lionel Messi.