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Caso Lucio Dupuy: porqué la Justicia permitió que el nene viva con su madre y la pareja de ella

Una de las preguntas de todas las personas que siguen de cerca el caso es como llegó el nene a vivir con ellas. Este fue uno de los puntos destacados del juicio por el homicidio, que el 2 de febrero tendrá su veredicto.

Una de las preguntas que circulan los últimos días con respecto a Lucio Dupuy, es porqué el nene vivía con su mamá y la pareja de ella hace más de un año. 

Este, fue uno de los puntos destacados del juicio por el homicidio, que el 2 de febrero tendrá su veredicto. Para lograr entender por qué Lucio vivía con su madre y la novia de ella, sin ningún tipo de control por parte de la Justicia, es necesario remontarse a cuando sus padres se separaron.

En algún tramo de 2019, Magdalena Espósito Valenti y Cristian Dupuy decidieron poner fin a su relación. Ella estaba sin empleo y él trabajaba lejos de La Pampa, en Lujan, por lo que la tenencia de Lucio se convirtió en un tema de discusión. Sin embargo, de común acuerdo se decidió que el chico, que por entonces tenía apenas 3 años, viviera con sus tíos paternos en General Pico.

De esta manera, Lucio fue recibido por Maximiliano Dupuy y Leticia Hidalgo en el seno de su familia.

“Con sus tíos. Lucio era un nene feliz. Le gustaba vivir ahí y tenía mucho contacto con sus abuelos paternos. Cristian lo veía asiduamente y Magdalena sólo por videollamadas porque su economía no le permitía viajar de Santa Rosa, donde vivía, a Pico”, explica alguien que conoce la historia de cerca.

Con todos de acuerdo por la situación, se decidió que aquello por lo que se había optado de palabra, quede asentado en un expediente. Por eso, se formó una causa en un juzgado de familia que le brindó oficialmente la guarda a los tíos paternos de Lucio por un año. Esto fue en junio de 2019.

“Lo que acordó Magdalena era que, si bien la medida era por un año, Lucio se quedaría con sus tíos hasta que ella pudiera conseguir un trabajo estable y una casa para vivir con su hijo en la ciudad de Santa Rosa, a unos 150 kilómetros de Pico”, le explicó una fuente del caso a este medio algunos días después del homicidio.

La vida en familia y rodeado de afectos de Lucio comenzó a ver su final en enero del 2020, casi dos años antes de su muerte. En ese entonces, Magdalena reclamó nuevamente la tenencia de Lucio. Quiso que se fuera de al lado de sus tíos. Explicó en la justicia que había formado una pareja con una mujer llamada Abigaíl Páez y que había comenzado un “prometedor” emprendimiento de venta de tortas. También que había alquilado un departamento, por lo que estaba lista para recibir a su hijo en su nuevo “hogar”.

Magdalena consiguió el patrocinio de una abogada de La Pampa que la ayudó con el proceso en la Justicia de familia para pedir que el nene vuelva con ella. Pero, del otro lado, los tíos de Lucio no estaban dispuestos a entregar al menor.

El 5 de febrero de 2020, se generó un nuevo expediente en el Juzgado de la Familia y del Menor N° 1 de la Segunda Circunscripción Judicial, a cargo de la doctora Ana Clara Pérez Ballester, el expediente fue llamado “Esposito Valenti Magdalena c/ Hidalgo Leticia s/ cuidado personal”.

La primera audiencia de mediación para intentar llegar a un acuerdo se iba a producir el 13 de marzo del 2020 pero Leticia Hidalgo, la tía paterna de Lucio y quien siempre firmó en todos los expedientes, no pudo presentarse porque días atrás había sido madre de mellizos. Por ese motivo, se reprogramó ese encuentro judicial para el 1° de julio, plena pandemia, con una fuerte cuarentena y un sistema judicial ralentizado.

En la reunión de Julio, no se arribó a un acuerdo para la restitución de Lucio a su madre. “Lo que se hizo fue firmar un régimen de visitas los fines de semana cada 15 días. Magdalena podía ver al nene en Pico. Incluso podía buscarlo en aquella ciudad el viernes, llevárselo a su casa en Santa Rosa, y restituirlo el lunes a primera hora con los tíos”, cuenta alguien que presenció las reuniones.

Esas visitas cada 15 días que había homologado la jueza Pérez Ballester, fueron un fracaso absoluto. Sobre todo para Lucio, que con cuatro años fue testigo de una decena de momentos desagradables que incluían la presencia policial. “Cada vez que la madre iba a buscar al nene era todo un escándalo. Llamaba a la Policía y hacía denuncias de impedimento de contacto. Era una situación muy traumática para todos. Para los chiquitos y, principalmente, para Lucio”, dice una fuente allegada a la familia Dupuy.

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