La clave para un homicidio en riña es que no se pueda determinar quien dio el golpe mortal en una agresión de muchas personas.
Falta una jornada de testigos para que el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa llegue a su recta final: los alegatos.
Una de las calificaciones legales del hecho, alternativas a la original que busca plantear la defensa será la de homicidio en riña.
Esa calificación, según el Código Penal vigente, tiene una pena de seis años como máximo y dos de mínimo. Los rugbiers llevan tres años de tiempo cumplido en prisión preventiva. Una pena intermedia significaría la excarcelación inmediata. Fuentes allegadas al abogado Tomei aseguran que tienen fundamentos para realizar esa solicitud. Vale una aclaración: de ahí a que el tribunal la acepte hay una distancia casi abismal. Pero es una obligación para el defensor plantear alternativas.
La calificación original, llevada adelante por la fiscalía y con la que llegó el caso a juicio oral, es la de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o mas personas y alevosía. Es decir, según este planteo, los rugbiers tenían la intención de matar a Fernando, idearon un plan para ello y lo ejecutaron con la víctima indefensa. Esta calificación tiene la pena de prisión perpetua en caso de que se acrediten alguno de los dos agravantes. Pareciera la más ajustada a la realidad, teniendo en cuenta el impresionante cúmulo de pruebas.
Así, irían a la cárcel un mínimo de 35 años, con la posibilidad de pedir libertad condicional tras ese período.