Ante los cambios en la actividad superficial del volcán Copahue, las autoridades de Neuquén y organismos especializados instalarán nuevos equipos y repararán los sistemas de vigilancia.
En las últimas semanas, el volcán Copahue mostró un incremento en su actividad superficial , lo que motivó una serie de tareas de mantenimiento y actualización en los equipos de monitoreo en el macizo, situado en la frontera entre Neuquén y Chile. Profesionales del Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica (OAVV) y del Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR), junto a la Oficina Provincial de Tecnologías de la Información (OPTIC) de Neuquén, participaron en estos trabajos de refuerzo.
Uno de los cambios principales fue la recuperación de la cámara de monitoreo “Laguna Escondida”, que se encontraba fuera de servicio. Esta cámara, situada al este del cráter del Copahue, permite captar imágenes constantes de la actividad superficial del volcán, como incandescencias y emisiones de gases o partículas. La visión en tiempo real desde este punto es fundamental para la vigilancia del cráter activo.
Además, se realizaron mantenimientos en la estación multiparamétrica “Agrio Superior” (AGS), restaurando su equipamiento sismológico. Estas estaciones sismológicas permiten a los expertos detectar movimientos del terreno que podrían sugerir la presencia de magma o fluidos en el interior del volcán. Este sistema es uno de los métodos más efectivos para anticipar cambios en la actividad del Copahue.
Otra mejora importante fue la reparación del regulador de carga en la estación “Cerro Bayo” (BAY), esencial para mantener la energía solar fotovoltaica que alimenta los equipos de monitoreo. Las estaciones en áreas cordilleranas suelen sufrir las inclemencias del clima, especialmente durante el invierno, lo que hace fundamental su revisión al inicio de la temporada cálida.
Finalmente, se reemplazó una cámara de monitoreo en la base del volcán , que permite la transmisión en tiempo real de toda la información generada por la red de vigilancia. Este flujo constante de datos es posible gracias a la red de telecomunicaciones de la OPTIC de Neuquén, que coopera con el SEGEMAR para garantizar una vigilancia continua de la actividad volcánica en la región.