Siria estrecha lazos con Ucrania. Siria espera establecer “asociaciones estratégicas” con Ucrania, según declaró el lunes su nuevo ministro de Asuntos Exteriores a su homólogo ucraniano, en un momento en que Kiev trata de estrechar lazos con los nuevos gobernantes islamistas de Damasco en un contexto de disminución de la influencia rusa.
Rusia fue un aliado incondicional del derrocado presidente Bashar Al-Assad y le ha dado asilo político. Moscú ha afirmado que está en contacto con la nueva administración de Damasco, en particular sobre el destino de las instalaciones militares rusas en Siria.
“Habrá asociaciones estratégicas entre nosotros y Ucrania a nivel político, económico y social, así como asociaciones científicas”, declaró el recién nombrado ministro de Asuntos Exteriores sirio, Asaad Hassan al-Shibani, al ucraniano Andrii Sybiha.
“Ciertamente, el pueblo sirio y el pueblo ucraniano tienen la misma experiencia y el mismo sufrimiento que hemos padecido durante 14 años”, añadió, estableciendo aparentemente un paralelismo entre la brutal guerra civil siria del 2011 al 2024 y la toma por Rusia de territorio ucraniano que culminó en su invasión a gran escala de 2022.
Sybiha, que también se reunió el lunes en Damasco con el nuevo gobernante de facto de Siria, Ahmed al-Sharaa, dijo que Ucrania enviaría más cargamentos de ayuda alimentaria a Siria tras la llegada prevista de 20 cargamentos de harina el martes.
El Presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, anunció el pasado viernes el envío del primer lote de ayuda alimentaria de Ucrania a Siria, consistente en 500 toneladas métricas de harina de trigo, como parte de la iniciativa humanitaria de Kiev “Grano de Ucrania”, en cooperación con el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas.
Se reduce la influencia de Rusia
Ucrania, productor y exportador mundial de cereales y oleaginosas, exporta tradicionalmente trigo y maíz a países de Oriente Medio, pero no a Siria, que en la era Assad importaba alimentos de Rusia.
Los suministros rusos de trigo a Siria se han suspendido debido a la incertidumbre sobre el nuevo gobierno de Damasco y a los retrasos en los pagos, según declararon fuentes rusas y sirias a Reuters a principios de diciembre. Rusia había suministrado trigo a Siria mediante complejos acuerdos financieros y logísticos para eludir las sanciones occidentales impuestas tanto a Moscú como a Damasco.
El derrocamiento de Assad por el grupo Hayat Tahrir al-Sham, ha puesto en entredicho el futuro de las bases militares rusas en Siria: la base aérea de Hmeimim en Latakia y la instalación naval de Tartous.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, declaró que el estatus de las bases militares rusas sería objeto de negociaciones con los nuevos dirigentes de Damasco.
Al-Sharaa declaró este mes que las relaciones de Siria con Rusia deben servir a intereses comunes. En una entrevista publicada el domingo, afirmó que Siria compartía intereses estratégicos con Rusia, en un tono conciliador, aunque no dio más detalles.
Elecciones en Siria
En un giro significativo para el futuro de Siria, Ahmed al-Sharaa ha declarado su intención de disolver la organización que encabeza, Hayat Tahrir al-Sham, como parte de un proceso de transición política en el país.
La transición, que podría extenderse hasta cuatro años, incluirá la redacción de una nueva Constitución y la realización de un censo nacional exhaustivo.
En una entrevista concedida a la cadena panárabe Al Arabiya, al-Shara detalló que la disolución de HTS será oficializada durante la próxima Conferencia de Diálogo Nacional, que se llevará a cabo en Damasco, aunque aún no se ha fijado una fecha para este evento.
El líder rebelde subrayó que la redacción de una nueva carta magna es esencial para establecer un “marco político duradero” que permita superar las divisiones y conflictos que han marcado al país durante décadas.
El proceso de transición también contempla la celebración de elecciones, pero Al-Shara enfatizó que estas solo podrán realizarse una vez que se cumplan las dos condiciones fundamentales: la nueva Constitución y la realización de un censo que permita conocer con precisión la composición demográfica del país.
Este último punto es crucial, dado que Siria ha experimentado una profunda fragmentación social y desplazamientos masivos de población debido a la guerra civil que comenzó en 2011.