Miguel Cané uruguayo de nacimiento pero argentino de corazón
“(…) abren sus alas esos recuerdos infantiles; que vuelven hoy en atmósfera tan simpática y afectuosa como aquella que cruzaron por primera vez. Evocando a su paso imágenes sonrientes y serenas, son los votos de quien los escribió con placer y acaba de releerlos con cierta suave tristeza”. Escribió el escritor Miguel Cané, como nota introductoria a su obra literaria más conocida, Juvenilia.
La novela, publicada en 1884, continúa siendo de los libros más conocidos de la literatura argentina decimonónica. Miguel Cané. Quien había nacido en Montevideo, Uruguay, el 27 de enero de 1851. Durante la expatriación de sus padres a causa del gobierno Rosista– había realizado sus estudios de bachillerato en el Colegio Nacional de Buenos Aires. Entre 1863 y 1868. Aquella experiencia estudiantil fue la gran inspiración para esta obra.
Juvenilia relata los recuerdos y vivencias que el autor y sus compañeros, cuando eran estudiantes en el antiguo edificio de la calle Bolívar. Donde todavía se encuentra el Colegio Nacional Buenos Aires.
Además de narrar los vaivenes de un primer amor, Cané también destacó la presencia y tarea del educador francés, Amadeo Jacques (1813-1865), exiliado político de Napoleón III. Y director del Colegio hasta su muerte. Jacques, en buena medida, fue responsable de la estructura académica que haría del Buenos Aires. Una de las más prestigiosas instituciones educativas en la Argentina.
Su relación con la escritura
La escritura estuvo siempre presente en la vida de Cané. Incluso, había comenzado desde mucho antes. Si bien se había graduado de abogado en la Universidad de Buenos Aires, desde los 17 años había comenzado a colaborar en distintos medios gráficos.
Por ejemplo, fue redactor del diario La Tribuna y El Nacional, donde escribió artículos sobre la vida social, política y cultural del país. Según algunas de sus biografías, llegó a convertirse en uno de los cronistas principales de su generación y, en 1870, viajó a Europa para ser uno de los corresponsales de la Guerra franco-prusiana. Casi todos esos artículos se publicaron en La Tribuna.
Otras de sus obras que también atravesaron la literatura y la cultura en general son: Ensayos (1877); A distancia (1882); En viaje (1884); Charlas literarias (1885); Notas e impresiones (1901) y Prosa ligera (1903), además de la traducción de Enrique IV, de William Shakespeare (1900).
Mediante sus textos, Cané formó parte de la llamada Generación del 80. En el campo intelectual, fueron pensadores y escritores –influenciados por la filosofía positivista europea. Que expresaron sus ideas a través de la literatura, el ensayo y el periodismo, en aquel periodo que va desde 1880 hasta 1916. Entre ellos, se encontraban también Eugenio Cambaceres, Lucio V. Mansilla, Julián Martel y Lucio V. López.
Su relación con la política
Además de abrazar la escritura periodística y literaria, Cané también había incursionado en la política. Y lo hizo desde el Partido Autonomista Nacional. Así, llegó a ocupar los cargos de Intendente de Buenos Aires (1892-1893), Ministro del Interior (1893). Ministro de Relaciones Exteriores (1893), Senador (1893) y Diputado de la Nación (1898-1904). En el área académica, fue nombrado en 1900, Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
A sus 95 años, murió el 5 de septiembre de 1905 en Buenos Aires
En recuerdo de su figura, distintos espacios de la Ciudad de Buenos Aires y del país llevan su nombre, entre ellos: la Biblioteca Pública Miguel Cané. Decana de las bibliotecas municipales de la Ciudad de Buenos Aires, inaugurada el 11 de noviembre de 1927. Allí, el escritor Jorge Luis Borges fue su bibliotecario, entre 1937 y 1946. En la provincia de La Pampa, se encuentra la localidad Miguel Cané, la cual pertenece al Departamento Quemú Quemú. Esta localidad se fundó el 8 de mayo de 1908, en terrenos que poseían algunos de los descendientes del autor de Juvenilia.