El pez limón conquista la gastronomía. El pez limón (Seriola lalandi) se ha convertido en un verdadero objeto de deseo en el mundo de la pesca y la gastronomía. Con su carne firme, brillante y de sabor mantecado, este gigante marino desafía a los pescadores deportivos y enamora a los chefs más exigentes, especialmente en la costa atlántica argentina. Su estatus de trofeo y su creciente demanda han llevado a que su estudio y posible cultivo sean temas de interés tanto en el sector pesquero como en la ciencia.
Originario del Atlántico sur, el pez limón recorre las aguas desde Brasil hasta el norte de la Patagonia, especialmente en los meses cálidos. Su velocidad, fuerza y habilidad para evadir anzuelos y redes lo convierten en un desafío codiciado por pescadores deportivos. En la región patagónica, el Golfo Nuevo es uno de los escenarios donde los aventureros submarinos intentan capturar a este esquivo gigante, muchas veces sin éxito.
La joya de los chefs y el «nuevo rey» del sushi
Si bien en Argentina no se pesca comercialmente, el pez limón es un ingrediente altamente valorado en la alta cocina, en especial en Mar del Plata, donde los chefs llegan a salir a pescarlo ellos mismos o recurren a proveedores de confianza para asegurarse el mejor producto. Su carne es considerada superior al salmón rosado por su textura firme, su brillo y su sabor delicado, convirtiéndolo en una estrella del sushi, sashimi, ceviches y tiraditos.
En Japón, donde una especie similar es venerada desde hace siglos, el pez limón compite con el atún rojo en prestigio y demanda. En Argentina, la tendencia gastronómica apunta a que su protagonismo seguirá en aumento, sobre todo si se logra avanzar en su producción sustentable, publicó El Chubut.
La apuesta por el cultivo sustentable
El pez limón no solo representa un atractivo para pescadores y cocineros, sino también para la industria acuícola. Investigadores del INIDEP (Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero) en Mar del Plata y emprendedores privados han desarrollado tecnologías para su cultivo en sistemas RAS (Sistemas de Recirculación Acuícola), permitiendo su reproducción en tanques en tierra de manera sustentable.
Gustavo González, presidente de la Cámara de la Flota Amarilla de Chubut (CAFACh), destacó el potencial económico del pez limón: “Es una especie de altísima calidad gastronómica y con gran demanda en mercados internacionales. Si logramos un cultivo exitoso, podría representar una revolución para la industria pesquera argentina”, afirmó.
Un desafío para la sostenibilidad
A medida que su demanda aumenta, también lo hacen las preocupaciones sobre la sostenibilidad de sus poblaciones salvajes. Su migración a aguas patagónicas sugiere un fenómeno de “tropicalización”, donde especies de aguas cálidas expanden su distribución debido al cambio climático. Este fenómeno podría alterar la biodiversidad local, lo que hace urgente un manejo responsable de la pesca y el desarrollo de alternativas sustentables.
El futuro del pez limón en Argentina
Cada noviembre, el pez limón llega a Chubut desde Brasil, permaneciendo en aguas argentinas hasta marzo gracias a una corriente cálida. Su presencia, antes ocasional, se ha vuelto cada vez más constante, impulsando su valor tanto en la pesca deportiva como en la gastronomía.
Con una creciente fascinación por este pez entre pescadores, chefs y científicos, el futuro del pez limón en Argentina podría estar marcado por la innovación en acuicultura. Si los esfuerzos de investigación y desarrollo continúan avanzando, este tesoro del Atlántico podría consolidarse como una de las especies más valiosas y sustentables del país.