El fotorreportero Pablo Grillo resultó gravemente herido durante la represión policial a la marcha de jubilados e hinchas en el Congreso. Se encuentra en grave estado y es operado de urgencia en el hospital Ramos Mejía.
En horas de la tarde, las fuerzas de seguridad avanzaron sobre el millar de hinchas y manifestantes que se habían reunido frente al Parlamento de la Nación y habían logrado cortar las avenidas Rivadavia e Hipólito Yrigoyen. En respuesta, se activó el protocolo antipiquete. Reprimieron con camiones hidrantes y gases. Los hinchas respondieron con piedras y palos.
En el lugar se encontraba el trabajador de prensa, Grillo, ubicado a metros del edificio del Anexo del Senado, en las inmediaciones del Congreso. Cuando comenzó la represión, quien recibió un impacto de un tubo de gas lacrimógeno mientras realizaba la cobertura de la movilización. Fue hospitalizado tras el ataque, publicó El Ciudadano.
Según supo este medio, se encuentra en coma, con politraumatismos craneales, y es intervenido quirúrgicamente. El golpe recibido le generó una herida abierta en el cráneo.
El material fue lanzado por un efectivo de la Policía Federal, fuerza que encabezó el operativo comandado por la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich.
«Estaba todo muy confuso por el gas lacrimógeno. Vi que se estaba cubriendo con unas maderas, como si fueran vallas. Ahí vemos que cae y lo asisten. Vimos que tenía un agujero en la frente», contó Juan Manuel Foglia, fotógrafo, en diálogo a C5N.
«Inmediatamente los chicos que lo asistieron le taparon la herida. La ambulancia, dada la situación, llegó rápido. El chico temblaba. Fue horrible», continuó y agregó: «Esto fue en la esquina del Anexo del Senado y la Policía estaba a 50 o 100 metros. Veo a la Policía como nunca antes, con muchas ganas de reprimir».