Ave más temida por sus garras. No hubo rastros de ella por más de dos décadas en el país, pero regresó y sorprendió a los investigadores que lograron fotografiarla.
Un hallazgo sorprendente para el mundo de la conservación ocurrió en la selva misionera. Dos investigadores se toparon y fotografiaron un ejemplar del águila harpía, el ave más grande y letal del hemisferio occidental, según publicó Canal 26.
Se trata del primer registro en Argentina después de más de 20 años, una aparición que podría cambiar el rumbo de la lucha por la conservación en los bosques de Sudamérica.
El hallazgo de esta águila devuelve las esperanzas
Manuel Encabo y Sergio Moya fueron los investigadores que avistaron esta águila que, junto al Proyecto Águilas Crestadas Argentinas (PACA) de la Fundación Caburé-í, se adentraron en la biosfera de Yabotí buscando documentar especies en peligro.
Luego de mucho tiempo de exploración, pudieron captar ilustraciones de un ejemplar joven, confirmando que no era el mismo ejemplar registrado meses atrás en Brasil, sino un nuevo nacimiento en el territorio argentino.
«Este hallazgo es una de las noticias más esperanzadoras para la conservación de la selva misionera en los últimos años», expresó Moya.
Las principales características del águila harpía
Este tipo de ave, además de ser una de las más grandes del mundo, también es una de las más temidas. Sus garras y su fuerza le permiten cazar animales de gran tamaño, como por ejemplo osos perezosos y monos, convirtiéndola en un gran depredador dentro del mundo selvático. Sin embargo, está en peligro de extinción en varias regiones de América Latina.
- Las hembras pueden alcanzar 1,1 metros de altura y pesar hasta 9 kilos.
- Las garras del águila harpía son similares al tamaño de las de un oso pardo.
- Puede levantar presas que pesan hasta la mitad de su propio cuerpo.
Por qué el águila harpía está en peligro de extinción
A pesar de sus grandes características, este depredador está bajo una importante amenaza que redujo notablemente su población. En principio, la deforestación tiene mucho que ver, ya que la expansión de la agricultura y la tala sin control perjudicó su hábitat natural.
Además, la caza furtiva, a pesar de ser una especie en protección, sigue siendo el objetivo de los cazadores ilegales. Por último, y uno de los factores más importantes, es la baja reproducción. El águila harpía solo pone un huevo cada 2 o 3 años, lo que dificulta la recuperación de su población.
En ese sentido, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) la califica como «casi amenazada» y, si no se implementan medidas urgentes, podría desaparecer en varias regiones.