Según el último informe de Perspectivas Económicas Mundiales publicado en junio, el Banco Mundial estima que la economía argentina crecerá un 5,5% en 2025. Este porcentaje, que se mantiene en línea con la proyección anterior, posiciona al país como el de mayor crecimiento entre las economías de América Latina para ese año. Así lo reseñó La 100 Radio.
El dato refleja una importante recuperación del Producto Bruto Interno (PBI), luego de dos años de caída: una contracción del 1,6% en 2023 y otra del 1,8% en 2024. Para 2026, se anticipa una desaceleración del crecimiento al 4,5%, aunque aún por encima del promedio regional.
Esta mejora se vincula a un escenario de mayor estabilidad macroeconómica, impulsado por una reducción de la inflación y avances en el ordenamiento fiscal. Sin embargo, el organismo advierte que persisten desafíos estructurales que podrían poner en duda la sostenibilidad del crecimiento a largo plazo.
Mientras tanto, el panorama para América Latina y el Caribe se muestra menos optimista. El crecimiento promedio para la región sería del 2,3% en 2025, con una leve suba al 2,4% en 2026. Entre los factores que limitan el avance regional se destacan la caída en la inversión, el endurecimiento del comercio internacional y la baja en los precios de materias primas.
A nivel global, el informe también traza un panorama complejo. El crecimiento proyectado para 2025 es de apenas 2,3%, lo que lo convertiría en el ritmo más lento desde 2008 si se excluyen períodos de recesión mundial. Cerca del 70% de las economías del mundo sufrieron revisiones a la baja en sus expectativas de crecimiento.
El Banco Mundial subraya que las tensiones geopolíticas, los conflictos comerciales y el aumento de los aranceles están debilitando el comercio internacional y la inversión. Aunque la inflación global muestra una tendencia a la baja, se espera que se mantenga por encima de los niveles anteriores a la pandemia, con una media del 2,9%.
La situación es especialmente desafiante para los países en desarrollo. En las últimas décadas, el crecimiento de estas economías ha caído de un promedio del 6% en los años 2000, a 5% en los 2010, y ahora se proyecta por debajo del 4%. La inversión privada pierde dinamismo y el endeudamiento alcanza niveles récord. Según el Banco Mundial, si se mantiene esta trayectoria, las economías emergentes tardarían cerca de 20 años en volver a sus niveles de crecimiento prepandemia.
Como recomendación, el Banco Mundial sugiere a los países en desarrollo, incluida la Argentina, avanzar en reformas estructurales que potencien el crecimiento, promover la integración comercial con nuevos socios estratégicos y fortalecer la estabilidad fiscal. También destaca la importancia de crear empleo de calidad mediante políticas públicas que mejoren las condiciones laborales y fortalezcan el desarrollo del capital humano.