Con la ayuda externa de dos mujeres, un grupo de internos distribuía marihuana, cocaína y psicofármacos en el penal de Rawson. Recaudaban con las billeteras virtuales de Mercado Pago y Naranja X. Las escuchas telefónicas los dejaron en evidencia. Fiscalía Federal pidió elevar el caso a juicio oral y público.
Red de droga en la U-6. Cuatro presos de la Unidad 6 de Rawson quedaron al borde del juicio oral y público por vender marihuana, cocaína y psicofármacos a los demás internos, con la ayuda externa de dos mujeres. Según informa: Diario Jornada
La banda operó entre el 29 de julio de 2024 y el 16 de febrero de este año. Fue desarticulada tras el Operativo “La Viajante”. Los denunció otro preso.
El presunto cabecilla era Guido Morales Limachi, auxiliado en el negocio por Michael Gayozo Balmaceda, Ezequiel Ortiz y José Viggiani, alias “El Gordo” o “El pelotín de Florencio Varela”.
El cuarteto coordinaba el ingreso de la “mercadería”, su acondicionamiento, su distribución en los pabellones y el pago. Excepto Gayozo, el resto estaba alojado en el Pabellón 13.
Desde fuera de la cárcel, las sospechadas como proveedoras son Mirta Díaz –docente de Neuquén y pareja de Morales- y Andrea Medina. Según la investigación de la Fiscalía Federal de Rawson, aprovechaban sus visitas al líder del grupo para introducir la droga en ese penal de máxima seguridad oculta en su cuerpo.
Las familias de los compradores transferían a las billeteras virtuales de Mercado Pago y Naranja X que manejaba Díaz. Todo se verificó con escuchas telefónicas y revisión de cuentas bancarias.
Hubo 48 visitas (a distancia y de reunión conyugal) entre Díaz y Limachi, entre diciembre de 2023 y agosto de 2024. Y frecuentes llamados entre el celular de la maestra y los dos teléfonos del Pabellón 13. Esos llamados eran tantos que los otros presos casi no podían hablar con sus familias.
En las charlas intervenidas, Limachi le anticipaba a Díaz los montos a cobrar y su novia le rendía cuentas. Parte de la recaudación iba a la compra de más droga para sostener el esquema, además de los gastos necesarios, como los viajes de Díaz de Neuquén a Chubut:
- Díaz: El lunes lo subo y calculo que el martes voy a saber bien qué onda, si sigo con licencia o no, así que decirte igual que te voy a ver otra vez.
- Limachi: Con licencia es más fácil para que me vengas a ver otra vez. Excelente amor, me voy a encargar todo de toque, yo y “El Gordo” lo sacamos, tenemos 300 de una, tranqui ya.
- Lo principal es el pasaje y el alquiler.
En un momento del negocio, Limachi necesitó más ayuda local para lograr entregas más regulares. Por eso introdujo a Medina en la organización. Lo visitaba como “amiga” y se convirtió en “rana”: en la jerga carcelaria, mujeres que van al penal para ingresar droga o prestar servicios sexuales.
- Limachi: Hola amor, ¿todo bien?, nos dieron vuelta todo…
- Díaz: Era esperable amor, ¿cómo estás? ¿pasó algo?
- No, no pasa nada, todo excelente; a la compañera hay que cumplirle, ya sabés cuál es, la Andrea.
- Recordáme el nombre.
- Andrea Soledad Medina.
- Ok, ¿100?
- 100 sí.
- Aguantá.
- Me levantaron de los pelos, no sé si están esperando para reventar de vuelta. Igual no tengo nada, no pasa nada. ¿Ya le transferiste eso?
El apellido “Parra” se repetía en las escuchas y fue clave para llegar a Gayozo: era el nombre de un joven cuyo padrastro tenía vínculo con el preso y lo visitaba.
Díaz siempre visitaba a Limachi una vez al mes y durante tres días consecutivos. La actividad telefónica crecía mucho inmediatamente antes y después de esos encuentros. Su pareja presa le indicaba cómo distribuir la droga de acuerdo a su calidad y al día de la visita:
- Limachi: (…) El “Gordo” me tiene que dar $ 259.000 nada más ni menos, yo 90 fulano 50, mengano hoy iba a hacer llegar 40 y 30 y después todos los que me deben. Los dejo juntar y los trato a todos con amor, tienen que ser 9 pero hermosas, para que hagamos blum y estalle.
- Díaz: Y sí.
- Y mezcladita.
- Copiado amor.
- La primera y la última y la primera toda mía la mejor. Y la otra primera y tercera mezcladitas pero bien.
- Listo amor, ya te entendí.
En una escucha, tras recibir la droga Limachi le cuenta a Medina el resultado de las ventas dentro de la unidad:
- Limachi: Ayer me moví un toque. Hice 195.
- Medina: Ah bien.
- Sí, aparte los 90 más 90. ¿Cuánto es?
- No sé, no estoy para sacar cuentas ahora.
- Sí, ciento coso pero a los que le di es seguro, a los demás todos al contado. Ayer cerré con 45 lo último y cerré todo. Tenía los últimos y los caramelitos se fueron todos.
Las cuentas de Díaz revelaron movimientos que no pueden justificarse con su sueldo del Consejo Provincial de Educación de Neuquén: enun lapso de 5 meses registró 372 operaciones por $ 13 millones en Naranja. Tenía cuatro cuentas de Mercado Pago y una en Naranja X.
Según los informes, entre 3 cuentas digitales embolsó durante dos meses $ 8.210.219,17 cuando como docente poseía ingresos totales a agosto de 2024 por $ 1.700.000. La mayoría de lasoperaciones fueron por montos que coinciden con el valor de la droga en el mercado local.
En total, en 420 movimientos Díaz recibió $ 15.307.252 en el período 13-07-2024/12-02-2025. Y 303 operaciones tienen como origen a personas nombradas en las escuchas.
Hay 22 comunicaciones en las que Limachi le pide a Díaz que transfiera plata a Medina. Esto coincide con 21 transferencias por un total de $3.575.000 que Díaz hizo a la cuenta de la otra mujer en Naranja X.
En una escucha, Medina le pide a otra mujer insumos preparar la droga:
- NN:¿Carbónico tenés?
- Medina: Lo perdí pero tengo cinta y eso ahí me lo arreglo yo. El carbónico se usa para impedir que los rayos X «vean» bien las imágenes.
Ambas mujeres sorteaban los controles colocando las sustancias en su vagina. Por eso en una charla Medina se queja de la cantidad que el jefe le pedía ingresar:
- Limachi: Quiero cuatro que sean seguras las celestes o las blancas, quiero 50 de marihuana y quiero 3 bolsitas de esas, nada más.
- Medina: Igual yo no voy a entrar todo de una porque 50 gramos es una banda y 4 cajas de pastillas me re embartulan y yo no me voy a meter todo eso. Me mando 2 cajas y veo si me meto los 50 porque son una re-cantidad, cambia la cantidad que llevo siempre.
Tras recibirla en la visita, Limachi se guardaba la droga húmeda en el ano y volvía al pabellón. Dejaba la sustancia a secar en la cocina a la vista de todos, para que vieran que la sustancia estaba ahí y que él la manejaba. Cuando ya estaba paga se entregaba a los pabellones disimulándola en el pan, la comida o los tachos. También se “palomeaba”: el bulto envuelto en una bolsa se tira a los gritos de un pabellón a otro, donde quien lo recibe lo engancha y recupera la droga.
A veces la escondían en las llaves de la ducha. O sacaban los inodoros.
En cuanto a “El Gordo” Viggiani, aparece en toda la pesquisa:
- Limachi: Ya tengo 350, te tiene que llegar la plata del Gordo, te tienen que llegar unos pesos de acá.
- Díaz: Okey.
- Te tienen que llegar 200 seguro del Gordo, te tiene que llegar 50 del peluquero que ya las tienen que hoy ya sale, a la tarde. Estoy esperando que el Gordo me pague los 209 y el otro me tiene que pagar los 50 hoy sin falta.
Sobre Ortiz, Limachi hacía referencia a “El Menor” como alguien que operaba con él para buscar proveedores fuera de la cárcel y para vender dentro.
- Limachi: Ahora si tenés tiempo para encontrar a la mujer del menor, me entendés lo que te digo (…) el menor solito ayer me hizo 250 de sus contactos de los que cagó pero no querían confiar en él, los tuvieron que hacer hablar conmigo, me está ayudando.
Se allanaron celdas y casas en Neuquén y Trelew. Se hallaron 478 pastillas de psicofármacos, droga, efectivo, celulares, preservativos con sello del Ministerio de Salud con restos de marihuana, balanzas, nylon para armar “caramelos” y cuadernos con anotaciones.
El fiscal federal Fernando Gélvez pidió elevar el caso a juicio oral y público.