La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una herramienta omnipresente: resuelve problemas matemáticos, responde entrevistas laborales e incluso ofrece apoyo emocional. Sin embargo, su acelerado desarrollo plantea interrogantes sobre su uso responsable.
La científica canadiense Sasha Luccioni, referente en IA de código abierto en Hugging Face, compartió en el programa BBC cuatro preguntas que toda persona debería hacerse antes de utilizar estas tecnologías.
1. Elegir la herramienta adecuada para cada necesidad
No todas las aplicaciones de IA sirven para lo mismo. Luccioni advierte que, aunque las plataformas más populares como ChatGPT o Co-Pilot de Microsoft son versátiles, en muchos casos existen herramientas diseñadas para tareas específicas que ofrecen mejores resultados. Desde apps que resuelven problemas de matemáticas con solo una foto, hasta programas que analizan pan de masa madre para mejorar recetas, la oferta es amplia.
Según el 2025 AI Index Report de la Universidad de Stanford, el año pasado EE.UU. produjo 40 modelos de IA destacados, frente a 15 de China y solo tres en Europa.
2. No confiar ciegamente en las respuestas
La IA puede dar respuestas que suenen convincentes, pero no siempre son correctas. “Los modelos pueden inventarse cosas que no existen, tan solo porque suenan verosímiles”, señala Luccioni.
Por eso, recomienda verificar cada resultado, releer con ojo crítico y no asumir que la seguridad con la que se expresa una IA garantiza su veracidad.
3. Cuidar la información que se comparte
La experta recuerda que toda información introducida en un sistema de IA —ya sea texto, fotos o datos sensibles— puede ser almacenada y utilizada para entrenar modelos futuros.
Cada plataforma tiene políticas de privacidad propias, y no todas son transparentes. Por ejemplo, algunos usuarios de la IA de Meta desconocían que sus consultas se publicaban en un sistema de alimentación de datos público llamado “Discover”.
En 2023, Italia fue el primer país de Occidente en bloquear ChatGPT por incumplir la normativa de protección de datos. Corea del Sur, Australia y EE.UU. han manifestado preocupaciones similares sobre cómo plataformas como DeepSeek gestionan la información de los usuarios.
4. Preguntarse si realmente se necesita IA
Luccioni aconseja usar la IA como complemento y no como sustituto de las capacidades humanas. Antes de recurrir a ella, conviene evaluar si la tarea puede resolverse con otros métodos más simples, como una calculadora o la ayuda de otra persona.
También subraya que la IA consume grandes cantidades de energía y agua para enfriar los servidores, lo que agrava problemas medioambientales.
“No significa que debemos usar la IA para todo, porque nos haría perder lo que nos hace humanos: la creatividad, la conexión y la comunidad”, afirma.
Una herramienta poderosa, pero no infalible
La inteligencia artificial seguirá formando parte de nuestras vidas y evolucionando rápidamente. Sin embargo, su uso consciente y responsable es clave para que sea una aliada y no un riesgo.