En su última jornada encabeza encuentro diplomático y un gesto simbólico ante la comunidad judía.
El presidente Javier Milei concluyó su gira en Nueva York con una agenda marcada por un encuentro estratégico con Benjamin Netanyahu y una visita privada al Ohel, la tumba del rabino Lubavitch, en el cementerio Montefiore en Queens.
Durante su paso por la Gran Manzana, Milei se reunió con el primer ministro de Israel en un hotel cercano a Central Park. El diálogo se centró en la situación de los rehenes argentinos en Gaza, el fortalecimiento de la relación bilateral y la cooperación tecnológica y científica. Participaron de la comitiva argentina su hermana Karina Milei, el canciller Gerardo Werthein, y los ministros Luis Caputo y Luis Petri.
Además, como parte del acto, el presidente recibió la Medalla de Oro del B’nai B’rith, organización judía que reconoció su compromiso y su apoyo al Estado de Israel. En paralelo, mantuvo encuentros con líderes de organizaciones judías como Donald Lauder (Congreso Judío Mundial) y Claudio Epelman (Consejo Judío Latinoamericano), según Clarín.
Visita al Ohel: un gesto simbólico que acompañó su gira
Por la mañana, Milei y su comitiva se trasladaron al cementerio Montefiore, en Queens, para visitar el Ohel del rabino Lubavitch, sitio de peregrinación que el presidente suele recorrer en cada visita a Nueva York. Se dijo que la actividad fue “muy emotiva” y duró cerca de una hora y media. Allí también estuvo presente el rabino Simon Jacobson, con quien el mandatario mantuvo gestos de cercanía espiritual.
Aunque la visita no estaba prevista en la agenda oficial, se trata de un gesto de fe repetido en sus viajes, que conecta su gestión con la comunidad judía.
Agenda complementaria y regreso previsto
Durante su estadía, Milei también encabezó un desayuno con la ingeniera argentina María Noel De Castro, aspirante a astronauta y candidata a misión espacial en 2027, para fortalecer el vínculo entre ciencia local y proyección internacional.
Al caer la tarde participó de la ceremonia del B’nai B’rith y se reunió con representantes de la comunidad judía. Luego partió hacia el aeropuerto para emprender el regreso a Argentina, acompañado por su equipo.
La gira, además del respaldo diplomático, fue utilizada para proyectar una política exterior definida, una lectura estratégica que mezcla gestos simbólicos y negociaciones concretas.