El Gobierno eliminó temporalmente los derechos de exportación a granos y carnes hasta el 31 de octubre. La medida busca estabilidad cambiaria, pero tendrá impacto en las cuentas públicas.
El decreto 682/2025, publicado en el Boletín Oficial, establece la suspensión de retenciones para la soja, maíz, trigo, cebada, sorgo, girasol y sus derivados, además de la carne bovina y aviar. La normativa regirá hasta el 31 de octubre o hasta que se alcance un tope de US$7000 millones en declaraciones de exportación, lo que ocurra primero.
Según TN, el Ejecutivo apuesta a atravesar las semanas previas a las elecciones legislativas sin sobresaltos en el frente cambiario. La contracara será un fuerte impacto fiscal, ya que la medida implicaría resignar ingresos por cerca de US$1000 millones.
El análisis de especialistas
El consultor Javier Preciado Patiño explicó que el stock de soja pendiente de comercialización ronda las 15 millones de toneladas, lo que equivale a unos US$6000 millones, mientras que el maíz suma otras 12 millones de toneladas, cerca de US$2400 millones. En total, se habla de un potencial de entre US$8000 y US$8500 millones.
Sin embargo, advirtió que no todo se liquidará en octubre, ya que los productores evalúan el precio en pesos actual frente al que podrían recibir si el tipo de cambio sube después de los comicios.
Costo fiscal y posibles efectos
De acuerdo con el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), el costo directo de esta suspensión equivale a 0,15% del PBI, unos US$1000 millones. En la misma línea, la consultora Equilibra lo estimó en US$950 millones para lo que resta del año.
Entre los efectos más probables figuran:
- Mayor ingreso de dólares en el corto plazo y menor oferta después de las elecciones.
- Caída en la recaudación y un déficit fiscal más profundo en 2025.
- Incremento en los precios internos de productos sin retenciones, con posible aceleración de la inflación.
Impactos indirectos en la economía
El IARAF también señaló que la medida podría ampliar la base imponible del Impuesto a las Ganancias, ya que los menores derechos de exportación mejoran los márgenes de los productores. Parte de esa renta extra podría dirigirse a consumo e inversión, lo que generaría nuevos ingresos fiscales por IVA, Ganancias y otros tributos.
La suspensión de retenciones ofrece oxígeno inmediato al campo y refuerza la oferta de dólares, pero al costo de mayor presión fiscal y riesgos inflacionarios. El verdadero impacto se verá después de las elecciones.