El desarrollo de Vaca Muerta transforma a Argentina en líder de petróleo y gas.
El impacto de Vaca Muerta sobre las reservas nacionales es innegable: en solo diez años, el país multiplicó sus recursos de crudo y gas, consolidando a Neuquén como el epicentro de la producción energética.
Argentina atraviesa una transformación profunda en su mapa de reservas hidrocarburíferas gracias a Vaca Muerta. En la última década, las reservas comprobadas de petróleo crecieron un 29,4%, mientras que las de gas natural aumentaron un 64,4%, impulsadas casi en su totalidad por la Cuenca Neuquina. El no convencional cambió el eje de la producción, desplazando a las cuencas históricas que dominaron el siglo pasado.
En petróleo, las reservas pasaron de 380.027 Mm³ en 2014 a 491.836 Mm³ en 2024, concentrando la Neuquina el 65,5% del total nacional, según un informe elaborado por Ing. Marcelo Hirschfeldt. Las cuencas tradicionales sufrieron fuertes caídas: la Cuyana perdió casi el 90% de sus reservas, la Noroeste retrocedió más de dos tercios y la Austral quedó reducida a un tercio. Incluso la Cuenca del Golfo San Jorge, principal en 2014, cayó un 36,9% y ahora retiene solo el 32,7% del total.
En gas natural, la Neuquina triplicó sus reservas, de 147.909 a 440.417 MMm³, representando el 80,6% de todo el gas del país. La Cuenca Austral cayó de 109.497 a 68.039 MMm³, y otras cuencas como Golfo San Jorge y Noroeste también registraron pérdidas significativas. La Cuyana prácticamente desapareció del mapa gasífero con apenas 112 MMm³.
El protagonismo de los recursos no convencionales
La concentración en Vaca Muerta se explica por los recursos no convencionales. Desde 2017, cuando se incorporaron formalmente como reservas comprobadas, el crecimiento fue exponencial. El petróleo shale aumentó de 21.101 a 293.599 Mm³, representando casi el 60% del total nacional, y el gas pasó de 112.700 a 420.644 MMm³, equivalentes al 77% de las reservas, concentradas casi en su totalidad en la Neuquina.
Entre los principales bloques productivos destacan en petróleo Loma Campana (58.397 Mm³), La Amarga Chica (35.632 Mm³) y Bajada del Palo Oeste (33.804 Mm³). En gas, sobresalen Fortín de Piedra (91.660 MMm³), Aguada Pichana Oeste (58.209 MMm³) y Rincón del Mangrullo (55.403 MMm³). Estos bloques representan el corazón productivo de Vaca Muerta.
Convencionales y no convencionales: el nuevo mapa de empresas
El reparto empresarial refleja la transformación del sector. En petróleo convencional, Pan American Energy lidera con 111.488 Mm³, más de la mitad del total, gracias a Cerro Dragón en el Golfo San Jorge. En no convencional, YPF domina con 130.980 Mm³, cerca del 45% del shale nacional.
En gas, Total Austral lidera el segmento convencional con 65.135 MMm³, mientras que YPF encabeza el no convencional con 119.319 MMm³, seguida de Tecpetrol (92.141 MMm³). Entre las áreas productivas, Cerro Dragón mantiene su peso histórico en petróleo convencional y Cuenca Marina Austral 1, offshore en Tierra del Fuego, lidera en gas convencional. Los bloques neuquinos concentran prácticamente todo el crecimiento no convencional de la última década.
El cambio definitivo en el mapa energético argentino
Vaca Muerta no solo multiplicó las reservas de Argentina, sino que consolidó a Neuquén como epicentro de la producción hidrocarburífera del país. La concentración de recursos no convencionales redefine el rol estratégico de la Argentina en el mercado energético, regional y global, marcando un antes y un después en la industria nacional.
Según informó Más Energía, esta transformación permite a Argentina posicionarse como un actor clave en petróleo y gas, con Neuquén liderando el futuro energético nacional.