El ministro de Defensa noruego alertó sobre el aumento de armamento nuclear ruso en la península de Kola, una zona clave frente a la OTAN.
El ministro de Defensa de Noruega, Tore Sandvik, advirtió que Rusia está incrementando su presencia militar en la península de Kola, una región ártica donde el Kremlin concentra uno de los arsenales nucleares más grandes del mundo.
En declaraciones al diario The Telegraph, el funcionario señaló que el gobierno de Vladimir Putin “ha estado acumulando armas y realizando pruebas con misiles hipersónicos y torpedos de propulsión nuclear”, lo que representa una amenaza directa para la seguridad del norte de Europa.
Según Radio3, Sandvik sostuvo que la estrategia rusa busca bloquear las rutas de suministro de la OTAN en caso de un enfrentamiento militar.
Kola, el centro neurálgico del poder nuclear ruso
La península de Kola, sede histórica de la Flota del Norte rusa desde 1733, es considerada una de las zonas más militarizadas del planeta. Allí se encuentra la mayor concentración de armas nucleares del mundo, pieza clave en la doctrina del Kremlin para ejecutar un eventual “segundo ataque” tras un bombardeo enemigo.
El ministro noruego aseguró que las ojivas desplegadas en Kola no solo apuntan a Noruega, sino también hacia el Reino Unido, Canadá y Estados Unidos, lo que agrava la tensión entre Moscú y la OTAN.
Preocupación en el Ártico pese al desgaste militar ruso
Aunque las pérdidas rusas en Ucrania superarían el millón de soldados, Sandvik advirtió que la flota del norte sigue operativa y en expansión, fortaleciendo la capacidad de Moscú en el Ártico.
Noruega, miembro estratégico de la OTAN, se considera los “ojos y oídos” de la Alianza Atlántica en esa región, y observa con inquietud el avance militar ruso sobre una zona vital para la defensa occidental y el control de rutas marítimas cada vez más relevantes por el deshielo.
Un nuevo foco de tensión internacional
La creciente militarización de la península de Kola reaviva los temores de una nueva carrera armamentista en el Ártico. Expertos advierten que el reposicionamiento ruso podría alterar el equilibrio geopolítico y aumentar el riesgo de incidentes en una región que, hasta hace poco, se consideraba una “zona de cooperación pacífica”.




