La crítica situación económica en Comodoro Rivadavia provocó el resurgimiento de una práctica que marcó la crisis de 2001: el trueque.
Con una moderna adaptación, al menos cinco grupos de WhatsApp funcionan como clubes de intercambio solidario, donde vecinos cambian desde alimentos hasta electrodomésticos sin usar dinero.
La regla de oro: ni un solo peso en circulación
Estos grupos operan bajo un principio fundamental: el intercambio es puramente solidario. Los participantes ofrecen lo que les sobra a cambio de lo que necesitan, sin que medie el dinero. La dinámica, que antes se realizaba en plazas, ahora se organiza digitalmente. Nancy, administradora del grupo «Locas por el Trueque», explicó: «Seguimos en la lucha. Muchas no llegamos a fin de mes y esto de cambiar cosas por alimentos es una gran ayuda».
De la crisis personal a la ayuda colectiva
El grupo de Nancy, que cuenta con 84 miembros activos, nació después de que su casa se incendiara y perdiera todas sus pertenencias. «Empezamos haciendo trueques en una plaza. Cambiábamos ropa por otra ropa, o por comida», rememoró. Con el tiempo, la iniciativa creció y se trasladó a WhatsApp, donde ahora intercambian ropa, artículos de limpieza, electrodomésticos, pintura, comida y verduras. Los encuentros presenciales se mantienen para concretar los intercambios.
El contexto de crisis que impulsa el trueque
Este fenómeno se enmarca en una profunda crisis local. El corredor inmobiliario Rodrigo Sánchez detalló que aproximadamente 8.000 personas abandonaron Comodoro Rivadavia en los últimos meses, con alquileres que cayeron entre 20% y 25%. Los despidos masivos en el sector petrolero y la pérdida de poder adquisitivo explican por qué madres solteras, mujeres sin trabajo o en situación de violencia de género encuentran en el trueque un recurso para paliar las dificultades.
Frente a la crisis, los clubes del trueque digital se han convertido en una red de contención social improvisada. Mientras la economía formal se contrae, estos grupos no solo permiten el acceso a bienes esenciales, sino que tejen lazos de solidaridad en una comunidad fuertemente golpeada por la recesión petrolera. Información extraída del medio Imneunquen.




