La ciudad de Comodoro Rivadavia vive un año marcado por una escalada de violencia que ya se ha cobrado la vida de once personas en lo que va de 2025.
Desde puñaladas en plena calle hasta tiroteos y casos de extrema brutalidad, la seguidilla de homicidios ha generado alarma en la comunidad y plantea un complejo desafío para las autoridades, que investigan hechos con orígenes diversos pero un trágico final común.
Una Cronología Sanguinaria que No Da Tregua
Según el detalle de los casos relevados por medios locales, el año comenzó con sangre. El 1° de enero, Maximiliano Cifuentes (25) murió apuñalado en el barrio Laprida. La violencia continuó en enero con el asesinato a tiros de Matías Nieves y el ataque a Ezequiel Álvarez (26), quien falleció dos meses después. Febrero fue particularmente cruento, sumando las muertes de Ramiro Martínez (31), el adolescente Juan de la Cruz Aguilar (17), Nahuel Francisco Asenjo (20), Fabián Andrés Álvarez y Jorge Nieves. En abril, un episodio de extrema brutalidad y tortura en el barrio Cerro Solo conmovió a la ciudad. El último caso registrado es el de Nelson Ortiz, trabajador del Correo Argentino, apuñalado por un compañero en Km 5 el pasado fin de semana.
Patrones Diversos y una Constante: La Violencia Rápida y Letal
Los once homicidios presentan características diferentes: algunos surgen de discusiones o conflictos personales que escalan rápidamente (como los casos de Cifuentes, Martínez u Ortiz), otros parecen ataques planificados o «ajustes de cuentas» (como el de Nieves o Asenjo), y están los que involucran a familiares directos (el de Fabián Álvarez, donde se detuvo a su hermano). Sin embargo, la constante es la rapidez y letalidad de la violencia, que suele dejar poco margen para la intervención o la contención, utilizando armas de fuego y blancas de manera casi indistinta.
Las Investigaciones y la Demanda Social
Mientras las fiscalías y la policía trabajan en las causas –algunas con detenidos, otras aún abiertas–, la comunidad de Comodoro Rivadavia expresa una creciente preocupación y demanda de mayor seguridad. La sensación de inseguridad se ha instalado ante la diversidad de escenarios: desde barrios periféricos hasta una estación de servicio céntrica, como en el caso de Ariel Nicolás Cardoso (25), asesinado en octubre. Las familias de las víctimas claman por justicia en un contexto donde los homicidios parecen no respetar un único patrón, sino reflejar un aumento generalizado de los conflictos violentos.
Los once nombres en la lista de homicidios de Comodoro Rivadavia en 2025 son el rostro más crudo de una crisis de violencia que trasciende lo policial. Más allá del trabajo investigativo, la ciudad enfrenta el desafío de desactivar los mecanismos sociales que derivan en tragedia, en un año que quedará marcado por la pérdida y la urgente necesidad de respuestas integrales que restauren la paz en las calles.




