El triunfo de José Antonio Kast en la segunda vuelta presidencial de Chile generó un abanico de reacciones en el continente. Mientras gobiernos de derecha celebraron la victoria, algunos líderes de izquierda alzaron su voz de advertencia.
Con más del 99% del escrutinio completado y un contundente 58.1% de los votos a su favor, José Antonio Kast se alzó como el nuevo presidente electo de Chile. El resultado no pasó desapercibido en la región, donde líderes y gobiernos emitieron sus primeros comentarios, que oscilaron entre el entusiasmo, la cautela diplomática y el abierto rechazo. La información sobre estas reacciones fue recopilada y reportada en su momento por el medio internacional DW (Deutsche Welle).
Las felicitaciones subrayaron, en general, la transparencia del proceso electoral y la voluntad de cooperación bilateral. Sin embargo, el tono y los énfasis revelaron las profundas divisiones ideológicas que marcan la política continental.
El bloque del entusiasmo: Milei, Rubio y los aliados ideológicos
La primera ola de reacciones llegó desde gobiernos alineados ideológicamente con el discurso de Kast. Javier Milei, presidente de Argentina, fue uno de los primeros en manifestar su «enorme alegría». A través de redes sociales, calificó a Kast de «amigo» y afirmó que ambos gobiernos trabajarán para que «América abrace las ideas de la libertad». La Cancillería argentina, por su parte, destacó la voluntad del electo de profundizar la relación bilateral.
Desde Estados Unidos, el secretario de Estado Marco Rubio señaló que, bajo el liderazgo de Kast, Chile impulsará «prioridades compartidas». Entre ellas, mencionó el fortalecimiento de la seguridad pública, el control de la inmigración ilegal y la revitalización de la relación comercial. Rubio expresó la disposición de Washington a trabajar estrechamente con la futura administración.
Otros mandatarios de derecha en la región se sumaron a las felicitaciones con mensajes centrados en la cooperación. Daniel Noboa (Ecuador), Santiago Peña (Paraguay) y Rodrigo Chaves (Costa Rica) celebraron el triunfo y expresaron su deseo de fortalecer los lazos bilaterales y trabajar por el progreso mutuo.
Entre la cortesía y la crítica: Lula, Sheinbaum y la tensión con Petro
Otro grupo de líderes, pese a situarse en las antípodas ideológicas de Kast, optó por un tono institucional y cortés. El caso más destacado es el del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Lula felicitó a Kast, destacó la «transparencia y el orden» del proceso electoral y le deseó «mucho éxito» en su futuro mandato. Reafirmó el compromiso de Brasil de fortalecer las relaciones bilaterales y preservar a Sudamérica como una «zona de paz».
De forma similar, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, felicitó al pueblo chileno por una jornada «pacífica y democrática» y al candidato triunfador, augurando una buena relación entre ambos gobiernos.
En el extremo opuesto de este espectro se ubicó la reacción del presidente colombiano, Gustavo Petro. Con un mensaje cargado de dramatismo, Petro advirtió que en América «vienen los vientos de la muerte» tras la victoria de Kast. En declaraciones que generaron controversia, llamó a los países de la antigua Gran Colombia a «resistir» y se refirió al electo de manera ofensiva, afirmando: «jamás le daré la mano a un nazi y a un hijo de nazi».
Un nuevo capítulo en las relaciones regionales
Las reacciones al triunfo de Kast funcionan como un termómetro de la política continental. Por un lado, consolidan un eje de gobiernos de derecha (con Argentina, Ecuador, Paraguay y Costa Rica) que encuentra en Chile un nuevo aliado estratégico, con agendas comunes en seguridad, migración y economía.
Por otro, dejan en evidencia la profunda grieta ideológica que persiste, simbolizada en la distancia abismal entre el saludo de Lula y la condena de Petro. Mientras algunos líderes priorizan la relación de Estado a Estado por encima de las diferencias, otros eligen la confrontación directa.
El presidente electo de Chile inicia su camino hacia La Moneda con un panorama regional complejo: una red de alianzas cálidas y prometedoras por un lado, y por el otro, relaciones que desde el primer día estarán marcadas por la tensión y la desconfianza. Cómo gestione este tablero será una de sus primeras y mayores pruebas en la escena internacional.




