El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, replicó con una provocadora propuesta tras las críticas de Hillary Clinton al centro de detención CECOT.
La exsecretaria de Estado estadounidense compartió un reportaje que califica a la megacárcel salvadoreña como «brutal». Según informó la agencia alemana DW, Bukele respondió en la red social X que El Salvador está dispuesto a «cooperar plenamente» con cualquier investigación y, en un giro sorpresivo, ofreció liberar y trasladar a toda su población carcelaria a cualquier país que esté dispuesto a recibirla.
La reacción del mandatario centroamericano se enmarca en un momento de creciente escrutinio internacional sobre el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT). Este centro, que alberga a miles de presuntos pandilleros bajo una férrea política de seguridad, enfrenta acusaciones constantes de organizaciones humanitarias por violaciones a los derechos humanos. El reportaje compartido por Clinton, titulado ‘Surviving Cecot’, incluye testimonios de primera mano sobre las condiciones en el lugar.
Una oferta con condiciones y el trasfondo de un acuerdo millonario
En su extenso mensaje en inglés, Bukele fue más allá de una simple defensa. El presidente argumentó que su oferta de liberar a los reclusos, «incluidos todos los líderes de pandillas», sería de «gran ayuda para los periodistas y sus ONG favoritas». Según su lógica, esto facilitaría la búsqueda de más testimonios críticos contra su gobierno.
Sin embargo, puso una condición clara: «deben ser todos». Bukele concluyó su mensaje afirmando que, hasta que eso suceda, su prioridad seguirán siendo «los derechos humanos de los millones de salvadoreños que hoy viven libres del dominio de las pandillas».
Esta polémica se produce en un contexto donde se ha revelado la existencia de un acuerdo financiero entre Estados Unidos y El Salvador. Documentos judiciales muestran que la administración del presidente Donald Trump pagó 4.76 millones de dólares al gobierno salvadoreño por recibir y custodiar a más de 200 migrantes, mayormente venezolanos, en el CECOT. El acuerdo, según organizaciones de derechos civiles, prohibía específicamente usar esos fondos para brindar asesoría legal a los detenidos.
Escrutinio judicial y polémica periodística
El caso de los venezolanos deportados al CECOT ha generado importantes reveses judiciales para el gobierno estadounidense. Recientemente, un juez federal ordenó a la administración Trump presentar, antes del 5 de enero de 2026, un plan para remediar la violación al debido proceso de estos individuos. El juez James Boasberg determinó que los hombres, enviados a El Salvador bajo una ley de 1798, nunca tuvieron la oportunidad de impugnar su deportación.
Paralelamente, el escándalo mediático creció cuando el programa ’60 Minutes’ de la cadena CBS aplazó en el último minuto la emisión de un reportaje investigativo sobre el CECOT. La corresponsal a cargo, Sharyn Alfonsi, denunció en una nota interna que la decisión fue «política» y no editorial, ya que el reportaje había pasado todas las revisiones legales y de estándares periodísticos. El reportaje, que incluye testimonios sobre torturas y abusos, finalmente fue transmitido por una cadena canadiense.
La respuesta de Bukele a Clinton evidencia la frontal defensa de su modelo de seguridad, aún bajo la lupa internacional. Mientras las críticas por los métodos en el CECOT se intensifican desde organismos de derechos humanos y figuras políticas, el gobierno salvadoreño mantiene su postura, presentándose como el garante de la paz para la mayoría de la ciudadanía. La polémica está lejos de cerrarse.




