La Empresa Argentina de Navegación Aérea calificó de «inadmisible» el cronograma de medidas de fuerza del gremio ATEPSA, que incluye cinco días de afectación a despegues entre el 17 y el 29 de diciembre, en plena temporada alta de viajes.
Un nuevo conflicto laboral amenaza con trastornar los viajes aéreos de miles de argentinos en las fiestas. La Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA) emitió este martes un duro comunicado rechazando las medidas de fuerza anunciadas por la Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (ATEPSA), según información a la que tuvo acceso la Agencia Noticias Argentinas.
El gremio de controladores aéreos anunció un cronograma de cinco jornadas de paros entre el 17 y el 29 de diciembre, con franjas horarias específicas que afectarán despegues de vuelos nacionales e internacionales. EANA respondió tildando las medidas de «inadmisibles» y con una «intencionalidad política», argumentando que se busca interrumpir un servicio esencial en plena época de alta demanda turística y reencuentros familiares.
El detalle del cronograma de paros y la postura de la empresa
El sindicato ATEPSA definió un cronograma escalonado que impactará en momentos clave del mes:
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Miércoles 17 de diciembre (8 a 11 hs): Afectación de despegues de vuelos nacionales.
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Jueves 18 de diciembre (16 a 19 hs): Afectación de despegues de vuelos nacionales.
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Martes 23 de diciembre (19 a 23 hs): Afectación de despegues de vuelos nacionales.
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Sábado 27 de diciembre (14 a 17 hs): Afectación de vuelos con destino internacional.
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Lunes 29 de diciembre (8 a 11 hs): Afectación a toda la aviación en todos los aeropuertos.
EANA, en su comunicado, rechazó de plano la legitimidad del reclamo. La empresa sostiene que el argumento del incumplimiento paritario es «falso», ya que el acuerdo «se cumplió según lo acordado» y su ejecución finalizaba precisamente en diciembre. Además, advirtió que el impacto real de los paros será mayor al anunciado, ya que un vuelo que no despega afecta toda la cadena de operaciones aéreas sucesivas, incluyendo arribos y regresos.
Un conflicto que se arrastra y la excepción para emergencias
El conflicto entre EANA y ATEPSA tiene un largo historial. De hecho, este no es el primer enfrentamiento que registran este año. En su comunicado oficial, la empresa estatal recordó varios episodios recientes. Primero, detalló que el gremio ya realizó paros durante noviembre, los cuales afectaron específicamente a los vuelos de carga. Además, EANA señaló que ATEPSA también intentó paralizar las capacitaciones del personal y las tareas técnicas más esenciales para el mantenimiento del sistema aéreo. En este contexto, la empresa lanzó una acusación directa: señaló que la «casta sindical» le «da la espalda a miles de argentinos». Según EANA, los dirigentes gremiales privilegian sus intereses particulares, algo que ya habrían hecho durante las vacaciones de invierno y que, ahora, repiten en plena temporada de fin de año.
Por su parte, el sindicato ATEPSA mantiene una lectura completamente distinta de los hechos. Desde su perspectiva, el origen del conflicto es claro: ha denunciado en reiteradas oportunidades el incumplimiento de los acuerdos por parte de la empresa. También señala una ausencia total de diálogo desde el año 2024. En un intento por acotar el impacto de su medida, el gremio hizo una aclaración importante. Las acciones de fuerza no afectarán, bajo ningún concepto, a las operaciones consideradas críticas. Específicamente, quedarán exceptuados todos los vuelos que se declaren en emergencia, así como los servicios sanitarios, humanitarios, de Estado o de búsqueda y salvamento.
En conclusión, las posturas de la empresa y el sindicato parecen totalmente irreconciliables. Con este escenario y un cronograma de paros ya fijado, la situación para los pasajeros es muy complicada. Cientos de miles de personas que tenían planeado viajar en los últimos días del año ahora se enfrentan a una gran incertidumbre. La persistente falta de diálogo entre las partes hace prever, con alta probabilidad, una oleada de cancelaciones y retrasos significativos. De esta manera, lo que debería ser un periodo de celebración y reencuentro familiar se podría convertir,una vez más, en un verdadero caos logístico para el transporte aéreo de todo el país.