El Departamento de Estado estadounidense afirmó no contar con «evidencia creíble» para anular los comicios hondureños, mientras el escrutinio final continúa entre acusaciones de la oposición.
En un pronunciamiento que busca calmar las tensiones postelectorales, el gobierno de Estados Unidos avaló este lunes la integridad del proceso electoral en Honduras. Un portavoz del Departamento de Estado, bajo condición de anonimato, declaró a la AFP que «no hay ninguna evidencia creíble» que justifique la anulación de los comicios presidenciales del 30 de noviembre. Este respaldo internacional llega en un momento crítico, con el conteo de votos al 98% y un resultado ajustado que mantiene al país en vilo.
La posición de Washington contrasta con las denuncias de «fraude» e «injerencia» proferidas por los candidatos opositores y el partido oficialista Libre, que quedó en un distante tercer lugar. El gobierno estadounidense instó a todas las partes a respetar las instituciones y a confiar en los organismos de observación que monitorearon la jornada.
Un resultado reñido en el cierre del escrutinio
Con el 98% de las actas procesadas, el candidato derechista Nasry Asfura, respaldado públicamente por el expresidente estadounidense Donald Trump, se mantiene al frente con un estrecho margen. Las cifras oficiales lo ubican con el 40.57% de los votos, apenas 1.47 puntos por encima de su principal contendor, Salvador Nasralla, quien alcanza el 39.10%.
Sin embargo, el proceso aún no concluye. El Consejo Nacional Electoral (CNE) hondureño informó que restan por revisar 2,749 actas con «inconsistencias», un número indeterminado de votos que podría, en teoría, alterar el resultado final. El CNE no ha proporcionado una fecha definitiva para la culminación de este conteo especial.
La oposición denuncia un «robo» y exige un recuento manual
Frente al aval estadounidense, la oposición ha redoblado sus críticas. Salvador Nasralla, candidato del partido Salvador de Honduras, denunció en la red social X que lo sucedido es un «robo»electoral. Su equipo alega que el sistema informático del CNE colapsó repetidamente cuando se ingresaban datos que supuestamente lo favorecían.
Nasralla ha ido más allá, afirmando que sus observadores de mesa indican que obtuvo un 20% más de votos que Asfura. Por ello, exige un «conteo voto por voto» de las actas cuestionadas, alegando un «patrón de fraude» donde, según él, no se utilizó el reconocimiento biométrico y se llenaron las actas de manera irregular.
Por su parte, el partido Libre, en el gobierno, también rechazó el proceso. Acusó al expresidente Trump de «injerencia» en los comicios y pidió la «nulidad total» de los mismos, convocando a sus simpatizantes a movilizaciones populares.
El llamado internacional a la calma y al respeto institucional
En medio de las acusaciones, la voz del Departamento de Estado estadounidense apeló a la tranquilidad y a los procedimientos establecidos. El portavoz destacó que «la voluntad del pueblo hondureño» se expresó en las urnas y recordó que las elecciones «fueron monitoreadas de cerca por la OEA, la UE y observadores nacionales».
Esta postura subraya la confianza de la comunidad internacional en los mecanismos de auditoría y observación desplegados. El llamado es claro: confiar en el trabajo del CNE y aguardar los resultados finales, rechazando cualquier acción que pueda desestabilizar el país.
La situación recuerda la importancia de sistemas electorales robustos y transparentes para garantizar la confianza pública. En otros contextos, como en Argentina, se ha debatido la implementación de tecnología biométrica y voto electrónico para minimizar dudas, aunque expertos destacan que las irregularidades aisladas no constituyen necesariamente un fraude que altere resultados masivos.
A la espera del veredicto final
Honduras se encuentra en una pausa tensa. Mientras el CNE trabaja en la revisión de las actas pendientes, el respaldo de Estados Unidos da un peso significativo a la validez del proceso. La presión de la oposición y las movilizaciones convocadas plantean un escenario de incertidumbre en los próximos días.
El desenlace final dependerá no solo de los números, sino de la capacidad de las instituciones hondureñas y de los actores políticos para manejar este delicado momento dentro del marco democrático y legal, priorizando la paz social por encima de la disputa electoral. Información del medio DW.




