En un contexto de crecientes tensiones entre las dos superpotencias globales, Estados Unidos y China, Corea del Sur se enfrenta a un desafío diplomático crucial.
A medida que los líderes de ambas naciones se preparan para visitar Seúl, el país se ve atrapado entre su histórica alianza con Estados Unidos y su dependencia económica de China. Las manifestaciones contra ambos países en las calles de la capital surcoreana reflejan el dilema que enfrenta el presidente Lee Jae-myung en esta delicada coyuntura.
Protestas y tensión política en Seúl
En el centro de Seúl, miles de ciudadanos surcoreanos se han reunido para expresar su descontento tanto con Estados Unidos como con China. “¡Fuera Trump!” se escuchaba en las protestas frente a la embajada estadounidense, mientras que a unos pocos cientos de metros, frente al palacio Gyeongbokgung, otros manifestantes coreaban “¡Fuera China!” y “¡Fuera el PCCh!”. Aunque el número de participantes no era elevado para los estándares de Corea del Sur, las protestas evidencian la creciente preocupación por la influencia externa en el país.
El presidente Lee Jae-myung se enfrenta a la difícil tarea de mantener el delicado equilibrio entre su relación con Washington, un aliado clave desde la Guerra de Corea, y con Beijing, su mayor socio comercial.
Lee Jae-myung y la encrucijada diplomática
El presidente surcoreano, Lee Jae-myung, ha heredado una situación complicada. En su reciente victoria electoral, tras seis meses de crisis política, se comprometió a manejar las relaciones exteriores con una visión pragmática, pero ahora se enfrenta a la presión de las tensiones entre las dos superpotencias. En esta semana crucial, Lee recibirá tanto a Donald Trump como a Xi Jinping, cuyas visitas podrían marcar el rumbo de la política exterior surcoreana.
Seúl depende de Estados Unidos para su seguridad, especialmente frente a la amenaza norcoreana, pero, al mismo tiempo, no puede permitirse ignorar su relación con China, que es vital para la economía surcoreana. La situación es aún más compleja dado que la guerra comercial entre EE. UU. y China continúa afectando las dinámicas globales, y Corea del Sur es un actor clave en la región.
La relación con Estados Unidos: ¿Aliado o presión económica?
Aunque históricamente Corea del Sur ha sido un aliado cercano de Estados Unidos, las tensiones han aumentado en los últimos meses. Durante la presidencia de Trump, los aranceles impuestos por EE. UU. generaron un choque con Seúl, que en 2019 gastó miles de millones para reducir esos costos y calmar las tensiones. A pesar de los esfuerzos diplomáticos, las relaciones se vieron afectadas por otros incidentes, como la redada masiva en una planta de Hyundai en Georgia, que resultó en la detención de más de 300 surcoreanos.
A pesar de estas tensiones, una encuesta reciente muestra que más del 80% de los surcoreanos considera a Estados Unidos como su principal aliado. Sin embargo, las exigencias económicas de Trump, como las inversiones en efectivo, han generado desilusión en una parte importante de la población. Como lo expresó una manifestante surcoreana frente a la embajada de EE. UU.: “Corea del Sur no es una máquina de hacer dinero”.
El dilema con China: Un socio económico pero también una amenaza
En cuanto a China, la relación con Corea del Sur ha sido tradicionalmente más complicada. Desde que Seúl acordó desplegar un sistema de defensa antimisiles estadounidense en 2016, las represalias económicas por parte de Pekín no se hicieron esperar. El sentimiento antichino ha ido en aumento, especialmente entre la derecha política surcoreana, debido a lo que perciben como la influencia creciente de Pekín sobre el país.
En este contexto, las recientes flexibilizaciones de las normas de visado por parte de Lee Jae-myung, con el objetivo de fortalecer los lazos económicos, han generado fuertes protestas. Algunas pancartas en las manifestaciones de la semana pasada pedían detener la influencia china, mientras que una cafetería en Seúl fue criticada por negar servicio a clientes chinos. Estas situaciones reflejan el creciente resentimiento contra el Partido Comunista Chino (PCCh), especialmente entre los sectores más conservadores.
Desafíos para el futuro de Corea del Sur
La situación diplomática actual pone a Corea del Sur en una encrucijada. Lee Jae-myung tendrá que navegar entre las presiones de EE. UU. y China durante su mandato, manteniendo la estabilidad interna mientras lidia con el sentimiento popular hacia ambos países. Sin embargo, el presidente surcoreano parece enfocado en mantener relaciones equilibradas con ambos, buscando soluciones económicas y diplomáticas que beneficien a su nación.
La visita de Xi Jinping podría ofrecer la oportunidad para fortalecer los lazos con China, mientras que una relación con EE. UU. basada en el pragmatismo podría permitirle a Lee mantener la seguridad de su país mientras impulsa su economía. Sin embargo, las protestas y el sentimiento de desconfianza reflejan un desafío importante para cualquier estrategia que quiera implementar. Información extraída del medio BBC.




