El calendario de Adviento, una práctica religiosa surgida para acompañar la espera de Navidad, se transformó en los últimos años en un objeto de consumo masivo y, en muchos casos, de lujo
Su rápida popularización en Argentina refleja un cambio cultural y comercial que desplazó el sentido original del ritual. Parte de esta información fue difundida por C5N, que describió cómo este fenómeno se consolidó como tendencia global.
Una tradición religiosa convertida en producto comercial
El calendario de Adviento nació en Alemania durante el siglo XIX, cuando comunidades luteranas buscaban una forma sencilla y visual de contar los días del 1 al 24 de diciembre. En sus inicios, la costumbre era totalmente artesanal: pequeñas imágenes, dibujos o banderas marcaban la espera con un sentido devocional y familiar.
La versión ya comercializada apareció en 1908, creada por el editor Gerhard Lang. Aquellos primeros modelos incluían ilustraciones que luego darían paso, tras la Segunda Guerra Mundial, a pequeñas porciones de chocolate ocultas detrás de cada ventanita. Fue entonces cuando la sorpresa diaria se convirtió en un estándar mundial y la tradición comenzó su camino hacia el consumo masivo.
De lo familiar a lo suntuario: precios que sorprenden
En la actualidad, el calendario de Adviento dejó de ser un objeto simple. Las marcas de cosmética, gastronomía, juguetes y bebidas artesanales transformaron el concepto original, reemplazando el clásico chocolate por productos de alto costo.
Según C5N, las versiones de lujo de grandes firmas internacionales pueden superar los u$s10.000, como ocurre con ediciones de Dior que incluyen miniaturas exclusivas de perfumería y tratamientos de alta gama. La estrategia de marketing se centra en la “recompensa diaria” y el valor percibido, generando la necesidad de renovar la compra cada año.
Este fenómeno posicionó al calendario de Adviento como un regalo anticipado de gran valor económico, muy lejos de sus raíces religiosas y austeras.
El impacto en Argentina: precios, polémica y viralización
En el mercado argentino, los precios también reflejan la expansión del concepto. Las opciones más accesibles, de 12 días, arrancan en $50.000 y suelen incluir objetos simples como stickers o pequeños accesorios.
En una gama intermedia aparecen las cajas de cosmética y belleza, cuyos precios superan los $200.000, mientras que algunos emprendimientos locales alcanzaron valores de hasta $500.000, generando controversia en redes sociales —especialmente en TikTok— debido a que varios compradores denunciaron que el contenido no cumplía con la promesa de lujo o exclusividad.
La disparidad de precios y las expectativas generadas pusieron en debate la verdadera naturaleza de este ritual, que hoy funciona como un emblema del consumo navideño más que como un símbolo espiritual.
El calendario de Adviento refleja, quizás como pocos objetos, la transformación cultural de la Navidad en tiempos de consumo hipersegmentado. Lo que alguna vez fue un gesto sencillo de preparación espiritual se convirtió en un producto aspiracional, sofisticado y, en muchos casos, inaccesible. Una tradición que mutó, dejando en evidencia cómo la espera navideña pasó de la devoción a la anticipación de la compra.




