Mientras Boca Juniors comienza a planificar la temporada 2026, una gran incógnita se cierne sobre el futuro del delantero Edinson Cavani.
Aunque su contrato con el club xeneize está vigente hasta fines del próximo año, una cláusula de rescisión unilateral incluida en el acuerdo podría alterar drásticamente los planes.
Este detalle contractual cobra especial relevancia después de un 2025 difícil para el Matador, marcado por lesiones recurrentes y una participación limitada, que culminó sin jugar ni un minuto en la eliminación ante Racing.
Una temporada marcada por las lesiones y los bajos números
Los números de Cavani en el año que finaliza son elocuentes y reflejan una temporada lejos de las expectativas. De los 44 partidos que disputó Boca en 2025, el uruguayo solo pudo estar presente en 24 encuentros, lo que representa un 54% de disponibilidad. En esos partidos, acumuló 1.656 minutos en cancha, con un promedio de 69 minutos por juego, y marcó apenas 5 goles.
La racha de problemas físicos ha sido constante. Una molestia lumbar lo marginó del partido clave contra Racing, y arrastra desde hace meses una inflamación en el músculo psoas que le ha impedido tener regularidad. Su bajo rendimiento estadístico, sumado a esta fragilidad física, es el contexto que alimenta las dudas sobre su continuidad a pesar de la voluntad inicial de ambas partes de cumplir con el contrato.
La voluntad de continuar y la sombra de la cláusula de rescisión
Tanto el jugador como el club han expresado, hasta el momento, la intención de que el vínculo se mantenga. Cavani, de 38 años, aún conserva el sueño de volver a disputar una final de Copa Libertadores con la camiseta de Boca, tras la derrota ante Fluminense en 2023. Por su parte, la dirigencia xeneize, encabezada por Juan Román Riquelme, valora su experiencia y liderazgo dentro del plantel, especialmente de cara al retorno del equipo a la máxima competición continental.
Sin embargo, la realidad física del delantero introduce un factor de incertidumbre crítica. La mencionada cláusula de rescisión unilateral permite a cualquiera de las dos partes —el club o el futbolista— decidir la interrupción del contrato en un período determinado sin consecuencias legales ni indemnizaciones. Si Cavani no logra recuperar un estado físico óptimo durante las vacaciones y la pretemporada que comienza el 5 de enero, este mecanismo contractual podría activarse.
Las próximas semanas, decisivas para definir su destino
Las próximas tres semanas serán cruciales para el futuro de Cavani en Boca. El delantero aprovechará el receso para intentar recuperarse completamente de sus lesiones crónicas y llegar en las mejores condiciones posibles al inicio de la pretemporada. Su optimismo y el del club están puestos en que pueda superar estos obstáculos.
No obstante, si la inflamación en el psoas persiste y limita sus posibilidades de aportar con regularidad en 2026, tanto el jugador como la institución podrían verse obligados a reevaluar la situación. En ese escenario, la cláusula de rescisión pasaría de ser un detalle contractual a convertirse en la herramienta que defina una salida anticipada, cerrando un capítulo que no alcanzó a cumplir las altas expectativas generadas a su llegada. Información extraída del medio TyC.




