La mujer de 70 años, víctima de un brutal ataque por parte de su esposo, no pudo superar las heridas tras una semana internada en terapia intensiva.
Tragedia y dolor en la ciudad de Trelew. Silvia Abraham, de 70 años, falleció luego de permanecer más de una semana internada en el Hospital Zonal de la ciudad. La mujer había sido víctima de un gravísimo ataque por parte de su esposo, el empresario Matías Ibarbia, quien tras dispararle en la cabeza le quitó la vida a sí mismo. La confirmación de su deceso se conoció durante la noche de este lunes, según informó el medio Jornada.
La investigación, a cargo de la fiscal Mariana Millapi, ya había determinado que no hubo terceras personas involucradas en el hecho. La revisión de las cámaras de seguridad de la vivienda familiar permitió reconstruir la escena del crimen, que conmocionó a la comunidad de Trelew y puso nuevamente en foco la grave problemática de la violencia de género.
Un crimen que conmocionó a la comunidad
Los detalles del caso son estremecedores. Todo ocurrió dentro del hogar del matrimonio. Matías Ibarbia, empresario y esposo de Silvia Abraham, la atacó con un arma de fuego, disparándole en la cabeza en dos oportunidades. Tras cometer el ataque, el hombre optó por quitarse la vida, dejando a Silvia gravemente herida.
La mujer quedó tendida e inconsciente en la cama hasta que fueron sus propios hijos quienes la encontraron al llegar a la casa. Frente al peor escenario imaginable, actuaron de inmediato y lograron trasladarla al Hospital Zonal de Trelew, donde ingresó directamente a la Unidad de Terapia Intensiva. Allí, los médicos lucharon durante días por salvarle la vida, pero las heridas resultaron demasiado graves.
La investigación judicial y el contexto de violencia
La Fiscalía de Trelew, a cargo de la causa, se abocó rápidamente a esclarecer los hechos. La fiscal Mariana Millapi lideró la pesquisa, que incluyó una minuciosa revisión de las cámaras de seguridad instaladas en la vivienda. Las imágenes fueron concluyentes: no hubo participación de terceras personas en el ataque.
El caso expone, una vez más, la dramática realidad de la violencia machista que se cobra vidas en el ámbito privado. Si bien la investigación no ha dado a conocer motivos específicos del ataque, la dinámica del hecho —un hombre que asesina a su pareja y luego se suicida— se enmarca en un patrón tristemente repetido de violencia de género extrema.
La muerte de Silvia Abraham no es un hecho aislado. Es un nuevo femicidio que enciende las alarmas y reclama respuestas urgentes de una sociedad que debe seguir trabajando en la prevención, la contención de las víctimas y la condena social a todo tipo de violencia contra las mujeres. Su nombre se suma a una lista que no puede seguir creciendo.




