CRÍMENES ECONÓMICOS
La legislatura bonaerense, y el Congreso de la Nación aprobaron sendas medidas que buscan investigar a quienes cometieron crímenes económicos durante la última dictadura y a los grupos colaboracionistas
Es imperioso desde esta Comisión Bicameral poder identificar las diversas complicidades existentes, ya que muchas aún persisten con el único objetivo de desestabilizar
La Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires aprobó la conformación de una comisión bicameral investigadoras los crímenes económicos durante la dictadura militar en territorio bonaerense. Mientras que la Cámara de Diputados de la Nación, abordará la semana próxima en un plenario de comisiones la creación de una bicameral que investigará a los grupos económicos que colaboraron con el terrorismo de Estado para beneficiarse con las decisiones económicas de los gobiernos militares, que desde el ’76 al ’83 quebraron la resistencia de dirigentes gremiales de base y trabajadores con secuestros, torturas y desapariciones que ejercían los grupos de tareas de la dictadura, igual que con sus competidores para alcanzar el monopolio en distintos rubros de económicos y de producción.
“Es imperioso desde esta Comisión Bicameral poder identificar las diversas complicidades existentes, ya que muchas aún persisten con el único objetivo de desestabilizar al pueblo trabajador y favorecer el interés de la minoría”, consideraron lo diputados bonaerenses que aprobaron su creación en la legislatura provincial.
El proyecto había recibido despacho favorable de la comisión de Derechos Humanos que se reunió hace pocos días atrás en Olavarría, previo al comienzo del juicio que se lleva a cabo allí por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de Monte Peloni durante la última dictadura. Aunque ahora deberá pasar por el Senado, donde el massista Frente Renovador tiene capacidad para bloquear la iniciativa.
Aunque en la Cámara de Diputados de la Nación, el proyecto impulsado por el diputado kirchnerista y abogado laboralista Héctor Recalde, promete avanzar la semana próxima en un plenario de comisiones que refrendaría el dictamen favorable de la Comisión de Peticiones Poderes y Reglamento (que se encarga de las modificaciones reglamentarias) para crear la bicameral investigadora de los delitos económicos de la dictadura.
Antes esa comisión, a fines de octubre, expusieron varios especialistas y víctimas de la dictadura. Entre, ellos, el presidente del CELS y periodista Horacio Verbitsky que dio cuenta de la investigación de su libro Cuentas pendientes. Los cómplices económicos, coeditado con el abogado Juan Pablo Bohoslavsky, hoy relator especial del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre la deuda externa.
Alejandro Olmos Gaona, que asesoró al presidente ecuatoriano Rafael Correa en la investigación de la deuda externa de su país, que pidió ampliar la investigación hasta la década del ’90. “Los grupos económicos sostuvieron la dictadura y el plan económico de los ’90”, afirmó Olmos Gaona y apuntó a empresas de “Franco y Mauricio Macri, Pérez Companc, Citibank, Techint y Ford”.
Así como los querellantes en una causa por el secuestro y tortura de veinte delegados y otros cinco trabajadores de Ford durante la dictadura. Pedro Troiani, ex delegado de Ford, contó que fue torturado por los militares en el propio quincho de la empresa, que luego de los secuestros y más despidos aumentó la producción de los Ford Falcon, que le vendían a la dictadura, de 200 a 250 por turno.
Victorio Paulón, ex secretario de la OUM de Villa Constitución, relató cómo Acindar, tras la represión desatada meses antes de la dictadura, que dejó un saldo de “30 compañeros muertos, otros 300 trabajadores que fueron encarcelados y mil despedidos”, eliminó a 35 empresas competidoras “algunas con la misma metodología utilizada en Papel Prensa” –afirmó– para pasar a dominar el monopolio siderúrgico junto a Techint. Claro que Acindar aportó a la dictadura como ministro de Economía al presidente de su directorio, José Alfredo Martínez de Hoz. Motivos suficientes para investigar.