El Día Mundial del Prematuro es el momento en el que se recuerdan los derechos del niño nacido antes de tiempo. Año tras año el foco se pone en un derecho distinto para colaborar con la difusión de las necesidades de los bebés prematuros y sus familias. En esta oportunidad, estará puesto en el derecho a recibir cuidados de enfermería de alta calidad.
Cada año nacen en el mundo alrededor de 15 millones de niños de manera prematura, es decir, más de uno por cada 10 nacimientos. Pese a que la prematurez es considerada la primera causa de mortalidad en niños menores de 5 años a nivel mundial, los bebés nacidos en estas condiciones pueden desarrollarse saludablemente y disminuir los riesgos asociados a un parto temprano si reciben la atención sanitaria necesaria al momento de llegar al mundo y durante el período postnatal.
Por eso, y para concientizar acerca de la importancia que tiene el hecho de que estos bebés y sus madres reciban los cuidados especiales necesarios, cada 17 de noviembre se celebra el Día Mundial del Prematuro. Durante esta jornada, diversas instituciones recuerdan los derechos del Catálogo de Derechos del Prematuro. Este año, el foco está puesto en el derecho N° 4 que asegura que “los recién nacidos de parto prematuro tienen derecho a recibir cuidados de enfermería de alta calidad, orientados a proteger su desarrollo y centrados en la familia.
“El acompañamiento del personal de enfermería es imprescindible para la familia. Mientras nos adaptamos al lenguaje y aparatología de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN), las enfermeras nos ayudan en el aprendizaje diario del bebé, lo que nos permite asimilar mejor la información, nos brinda seguridad y confianza y nos prepara para el alta y garantiza que comprendamos la importancia de los controles incluidos en el Programa de Seguimiento post- hospitalario” comentó Andrea Dolce, presidente de APAPREM –Asociación Argentina de Padres de Niños Prematuros–, y mamá de Sofía.
Se llama “prematuro” al niño que llega al mundo de manera temprana, es decir, antes de haber cumplido las 37 semanas de gestación. Por este motivo, se trata mayoritariamente de niños que necesitan cuidados especiales para garantizar su crecimiento de manera saludable y disminuir o evitar lesiones que afecten su salud y calidad de vida. Algunas de las complicaciones que puede presentar un bebé nacido antes de lo previsto tienen que ver con su desarrollo cognitivo, neurológico y motor, al igual que problemas en la visión o en el sistema auditivo.
A fin de evitar que tengan este tipo de complicaciones o para minimizar las secuelas, los recién nacidos deben permanecer un tiempo en el servicio de neonatología para recibir cuidados especiales. Además, una vez dados de alta deberán realizarse controles rigurosos a medida que vayan creciendo. En tal sentido, el personal de enfermería juega un rol fundamental, ya que son ellos quienes cuidarán del bebé mientras se encuentre en neonatología y durante los controles posteriores, al mismo tiempo que serán los encargados de acompañar a los padres y la familia involucrada en el tratamiento.
Una de las tareas del personal de enfermería del recién nacido prematuro consiste en la atención minuciosa del bebé. “Los niños deben recibir un cuidado integral basado en sus necesidades; deben ser considerados sujetos de derecho y Enfermería debe garantizar que estos sean respetados” aseguró la Lic. Fernanda Retes, directora de la Red de Enfermería por la Prevención. “Es imprescindible respetar los intervalos de sueño–vigilia, realizar las intervenciones considerando este tiempo, lo cual implica un desafío para los enfermeros, ya que deben organizar al resto del equipo que está involucrado –médicos, kinesiólogos, ecografistas, etc.– para priorizar el bienestar del niño por sobre los horarios del personal” agregó. Asimismo, la especialista destacó la importancia del cuidado de estos niños en términos de desarrollo neurológico: “todos los agentes externos –ruidos, luces, dolor, manipulación, etc.– influyen negativamente en su desarrollo”.
Además, son las enfermeras y enfermeros quienes muchas veces están en contacto directo con los padres. Así, hacen de nexo al mismo tiempo que los contienen y les enseñan a cuidar a su bebé. “Se debe tratar de involucrar a los padres lo antes posible en los cuidados que el bebé necesita, en la medida en que ellos quieran y puedan hacerlo. Esto es importante para fomentar el apego ya que, muchas veces, las hospitalizaciones prolongadas constituyen un obstáculo para el vínculo” agregó Retes. “La educación a los padres es una intervención que Enfermería debe realizar y priorizar en el caso de los padres de niños prematuros. En general, el temor, la inseguridad y la incertidumbre suelen influir en la forma en que ellos se desenvuelven cuando tienen que estar en contacto con sus niños para brindar algún tipo de cuidado o tenerlo en contacto piel a piel. Además, es importante prepararlos para el cuidado en sus hogares”.
Los cuidados del recién nacido prematuro son distintos. También los cuidados de las madres y el grupo familiar. Por eso, el personal de enfermería debe tener conocimientos específicos. “Estos bebés requieren cuidados especiales acordes a su condición de prematuros, potenciada por las complicaciones propias que conlleva el haber nacido antes” aseguró Retes. Además, agregó: “es necesario que los enfermeros a cargo de estos niños posean el conocimiento, las habilidades e idoneidad necesarias para realizar sus intervenciones con este grupo en particular, ya que los cuidados que reciban los bebés prematuros determinarán, en gran medida, su futuro desarrollo, ya sea motor, neurológico, cognitivo, etc. En algunos casos se trata de niños extremadamente vulnerables y, por ende, requieren de enfermeros altamente calificados”.
Indudablemente se genera un vínculo entre el bebé, el personal de enfermería y la familia de ese niño, que espera con ansias el momento del alta médica. “A medida que pasa el tiempo la convivencia con el personal de enfermería promueve el conocimiento de la situación emocional de la familia y una relación donde se comparten las luchas y logros del bebé. Vamos sintiendo el apoyo, un cuidado humano mientras no estamos presentes en la neo que nos ayuda a atenuar la necesidad de control de todo lo que ocurre en nuestra ausencia y mucha gratitud por todo el empeño puesto en enseñarnos a “ser padres” en el mundo de la UCIN, impensable para el comienzo de la vida de nuestro hijos” finalizó Andrea Dolce.