Fita planteó un duro escenario.El titular de la central obrera
“Saúl Ubaldini”, de Comodoro Rivadavia, pidió “tener mucho cuidado con lo que puede venir porque el Gobierno nacional puede arrastrarnos a un conflicto”. Dijo que la paz social “está en riesgo” y que la reforma impactará en la Patagonia donde hay 35 mil desocupados.
-¿Qué momento transita la CGT con su normalización?
-Veníamos trabajando bien. Hubo diferencias con algunas organizaciones pero a nivel de dirigentes y no de trabajadores. Por eso avanzamos en una normalización con todo lo que se tiene que hacer ya que por distintos motivos y situaciones que se dieron en Comodoro Rivadavia, desde hace un año esto no se había llevado a cabo. Primero Guilford y después la inundación. Necesitábamos ratificar la conducción del movimiento obrero porque cuando uno gestiona, necesita tener el acompañamiento de los gremios. No alcanza con el “estar” sino con un respaldo concreto.
-¿Qué tan lejos está la unidad de la CGT de la que tanto se habló?
-Es difícil. Los conflictos son de los dirigentes. Cuando nos sentamos en la mesa, todos somos secretarios generales y cada uno sabe de la actividad que representa. Por eso fue elegido para representar a los trabajadores y ser vocero de las respuestas de los compañeros. Somos todos iguales, tenemos el mismo cargo y pensamos con el fin de evitar cualquier anomalía laboral. Tenemos un respeto hacia eso y en estos tiempos difíciles, es donde uno debe demostrar la unidad y la solidaridad de los que tienen más poder hacia los que menos tienen. En mi caso, Viajantes tiene 300 afiliados y no tiene demasiados conflictos. Hay que ser dialoguistas y hacerles entender a los empresarios de buena manera que uno no está para hacerle las cosas más difíciles sino para ayudar
-¿Hay temor por la reforma laboral?
-Está dentro del Senado y ya hay información. Lo veníamos advirtiendo desde hace dos años. El 99 por ciento de sus puntos quitará derechos a los trabajadores y estamos totalmente en contra y lo que decimos, es que junto a la CTA y las CGT provinciales, debemos poner nuestro granito de arena ante esta medida nacional.
-¿Cómo está el escenario?
-La mayoría de las Federaciones empujan los convenios y tienen la potestad de reclamar éstas condiciones, somos pocos los que somos paritarios en nuestros Convenios Colectivos ya que en el sur son todas expresiones de deseo. Nos llevan a discutir entre sindicatos y la patronal siempre a favor de la patronal. Empezaron con un borrador de 147 artículos y terminaron con 122 que modifican la ley de contrato de trabajo. Somos conscientes de que detrás de esto vienen las otras reformas, tributaria e impositiva que le interesan al Gobierno para avanzar en la modificación de la edad jubilatoria y los planes sociales. Una cosa parece atada con la otra dentro de este paquete de reformas con el que se presionó a las provincias. Esto fue presentado a los gobernadores que firmaron un Pacto incluido Chubut que podría perjudicarse porque desde el 89 tiene la potestad de que los propios municipios sean recaudadores de sus propios ingresos brutos y patentes. Con esto todo podría pasar a manejarse como un feudo. Para sobre todo, saber cómo quitar la caspa.
-¿Fueron consultados los gremios?
-Hubo consultas a nivel nacional y en base a eso modificaciones. La reforma quedó parada hasta marzo, así lo expresó Pichetto en el Senado y serán varias las discusiones que deberán darse. Las Regionales del país se han hecho sentir. Hicimos reuniones en Capital con referentes de Ushuaia, Río Gallegos y Río Negro con la idea de hacer llegar nuestro reclamo a la CGT Nacional y plantear la problemática específica del sur. Se quiere modificar el pago de ganancias de los compañeros petroleros o el diferencial zonal para la Región Patagónica que se peleó en 2013. Se toca esto y pareciera que no pasa nada. Debemos sumar la pérdida de trabajo. Se cayeron 140 puestos en Lufkin y en Guilford más de 270 personas quedaron varadas sin cobrar sus sueldo ni indemnizaciones por la irresponsabilidad de la empresa. Se habla de que todos estos cambios serían beneficiosos para los empresarios pero quienes tengan menos de cien empleados, de cada cien pesos que se ahorre ganará 19. Al revés de lo que pasará con los grandes empresarios.
-¿Cómo esta situación laboral puede afectar la gestión provincial?
-Con la situación financiera y económica de Chubut, debe tenerse mucho cuidado con lo que puede venir porque el Gobierno nacional puede arrastrarnos hacia un conflicto social muy importante. En 2011 vivíamos con la ciudad cortada por los piquetes y los paros y hoy más allá de algunas cuestiones, nunca hubo un corte de ruta total. Está en riesgo la paz social y tenemos que ver de qué manera no se repitan estas situaciones.
-¿Dónde puede estar el principal conflicto laboral en la región?
-En el petróleo y los derivados de la industria. Y el sector metalmecánico. Tenemos 35 mil desocupados en la Patagonia; casi 8 mil en Chubut y lo que viene es muy difícil porque está afectando directamente la economía regional. Debemos empezar a mirar cómo reconstruirnos productivamente aprovechando más recursos como la pesca. Con el submarino San Juan vimos la capacidad profesional técnico y el volumen de los barcos que ingresaron al puerto. No puede ser que no haya dirigentes que no piensen en el Corredor Bioceánico que generaría una entrada económica que cambiaría la situación.
-¿Y la minería?
-Tendremos que ver qué postura tomar y qué responsabilidad tendremos. Así como sacamos cien años después un marco regulatorio para la industria petrolera, hay que ver de qué modo se discute con la gente esto para que Chubut pueda tener o no otro tipo de recursos para financiarse. No puede ser que teniendo lo que tenemos, estemos peor que Santa Cruz.#
Por Ismael Tebes