Al menos 43 personas, incluidos seis atacantes, murieron en un ataque talibán al Hotel Intercontinental de Kabul, en el que las fuerzas de seguridad rescataron a más de 150 empleados y huéspedes, 40 de ellos foráneos.
Un atacante suicida se inmoló a la entrada del lujoso establecimiento, muy frecuentado por extranjeros, para allanar el camino a sus cinco compañeros, que penetraron en el hotel cargados de armas, explosivos y chalecos listos para ser detonados.
El asalto tuvo doce horas de enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los talibanes, hasta que las autoridades afganas lo dieron por terminado en la mañana de este domingo.
«El ataque ha terminado completamente después de que todos los atacantes fuesen eliminados», dijo el portavoz del Ministerio de Interior, Nasrat Rahimi.
«Todas las habitaciones del hotel han sido despejadas una por una, el hotel está completamente despejado y la operación ha terminado. Ninguno de los terroristas continúa en el establecimiento», confirmó también el otro portavoz de departamento, Najib Danish.
Durante la noche, las fuerzas de seguridad rescataron a 151 huéspedes y empleados del establecimiento, entre ellos 41 extranjeros, que se encuentran ya en un lugar seguro.
Sin embargo, no lograron salvar la vida de seis civiles, entre ellos un foráneo, del que Danish rechazó detallar la nacionalidad.
Entre los fallecidos se encuentra el jefe del Directorio de Telecomunicaciones de Farah (oeste), que se encontraba en el hotel junto a sus homólogos de otras provincias para participar en una conferencia sobre tecnologías de la información, organizada por el Gobierno de Kabul.
También está en las víctimas mortales el cónsul general afgano en Karachi (sur de Pakistán), Waheed Poyan.
«Primero los insurgentes entraron a la cocina desde la parte norte y empezaron a disparar a la gente en el primer piso. Los últimos dos atacantes fueron abatidos por las Fuerzas Especiales Afganas en la sexta planta», detalló Danish en una rueda de prensa.
En el Intercontinental, situado en lo alto de una colina en el oeste de la capital afgana y siempre bajo un alto nivel de vigilancia por parte de las fuerzas de seguridad, se encuentran presentes las fuerzas de seguridad y los equipos de investigación.
Hace unas tres semanas, la seguridad del hotel pasó a estar en manos de una empresa privada, mientras que antes estaba a cargo de las fuerzas de seguridad afganas, anotó Danish.
Los talibanes han reclamado la autoría del ataque a través de un comunicado de su portavoz Zabihullah Mujahid, quien precisó que sus combatientes identificaron «cuidadosamente» a sus víctimas y mataron a ciudadanos de los países «invasores» y miembros del Gobierno afgano.
El hotel, frecuentado por extranjeros y afganos adinerados y que a menudo acoge fiestas privadas y eventos oficiales como ruedas de prensa, seminarios y conferencias, ya fue objeto de un atentado similar de los talibanes en junio de 2011.
En aquella ocasión, 21 personas fallecieron, entre ellas dos extranjeros, y la acción se prolongó también hasta altas horas de la madrugada.
Este es el primer ataque de envergadura en el país desde que el Gobierno retomara hace unos días la posibilidad de unas negociaciones de paz con los talibanes.
La semana pasada, miembros del Gobierno afgano, del Alto Consejo para la Paz de Afganistán y de facciones de los talibanes mantuvieron conversaciones informales en Turquía con el propósito de abrir un proceso formal de paz en el país asiático. Kabul fue objetivo en 2017 de graves ataques insurgentes.
A principios de mes, once personas murieron, entre ellas cinco policías, y 25 resultaron heridas después de que un atacante suicida detonara los explosivos que llevaba cerca de las fuerzas de seguridad que vigilaban una manifestación en la capital afgana.
Además, a finales de mayo pasado se produjo en la ciudad el peor atentado en el país desde la caída del régimen talibán con la invasión estadounidense en 2001, cuando un camión cargado de explosivos causó 150 muertos y más de 300 heridos.
Desde el final de la misión de combate de la OTAN en enero de 2015, Kabul ha ido perdiendo terreno ante los insurgentes hasta controlar apenas un 57% del país, según el inspector especial general para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR) del Congreso de Estados Unidos.
Agencia EFE.