Tres provincias argentinas alertaron sobre el brote de triquinosis que las afecta, que ya superó los 300 contagios. Este mal parasitario suele presentarse durante el verano, cuando el movimiento turístico hace que se consuma conservas y derivados de la carne de cerdo sin mayores controles. En este caso, el mal se extendió en una época poco usual, y generó alerta entre las autoridades sanitarias, que emitieron una alerta epidemiológica para la región centro del país. En tanto, un carnicero cordobés fue imputado por delitos contra la salud pública por su responsabilidad en el contagio de la enfermedad. De los casos, hay siete que fueron hospitalizados, uno de ellos en terapia intensiva.
Los casos de triquinosis alcanzan 310 contagios, en tres provincias: Buenos Aires, San Luis y Córdoba. Siete pacientes fueron internados, incluido uno que aún permanece en terapia intensiva, según informó el Ministerio de Salud de la Nación a través de una alerta epidemiológica. D los 310 casos de los brotes en curso, 75 se confirmaron en las ciudades bonaerenses de Pehuajó, Bahía Blanca, Villarino, Navarro y General Las Heras. Por ahora, la única fuente de estos brotes que se pudo detectar es la de Bahía Blanca, donde 24 personas habían consumido los mismos chacinados caseros. En Pehuajó, productos a la venta en comercios causaron 31 casos, aunque la información oficial no aportó más detalles.
En Córdoba, en tanto, se detectaron 225 afectados en Pueblo Italiano, Río Cuarto, Marull, La Cesira, Cintra y otras localidades, además de Venado Tuerto en Santa Fe. En todos los casos, el origen del brote fue el consumo de chorizos, salames y carne fresca de cerdo «de una faena no autorizada» a la venta en un local comercial en la localidad de Canals. En La Punilla, San Luis, seis personas contrajeron triquinosis en un brote familiar debido al «consumo de carne de cerdo mal cocida», según los datos epidemiológicos informados.
La triquinosis la provocan las larvas y los adultos del parásito Trichinella spiralis, que, al ingresar en el organismo a través del consumo de carne contaminada, migran del intestino a la sangre y comienzan a invadir los músculos hasta complicar, en los casos graves, el funcionamiento del corazón, los pulmones y el sistema nervioso. Ante la gravedad de la situación, se instó a las autoridades sanitarias provinciales y municipales a que refuercen la vigilancia de los pacientes que pudieran consultar con síntomas sospechosos de haber contraído la infección. Son fiebre alta (de hasta 40°C) más edema en la cara, incluida la hinchazón de los párpados (como si fuera una conjuntivitis grave), dolor muscular, diarrea o taquicardia. Un antecedente importante a tener en cuenta es haber consumido carne de cerdo o animal silvestre y sus derivados hasta 45 días antes del comienzo de esos síntomas.
«Es una enfermedad conocida que se puede prevenir con el manejo sanitario adecuado e información a la comunidad», indicó Gerardo Leotta, integrante de la Red de Seguridad Alimentaria del CONICET. El especialista explicó que las malas prácticas sanitarias incluyen la alimentación de cerdos con residuos, la falta de buenas prácticas en la producción de cerdos, la cría de cerdos para el autoconsumo sin un debido asesoramiento, faenas sin control veterinario y la presencia de roedores por ausencia de un plan integral para el control de plagas.
En tanto, por primera vez un carnicero quedó imputado por el delito de “propagación culposa y contagiosa” de enfermedad por el brote masivo de triquinosis que se originó en la localidad cordobesa de Canals. “El hombre (dueño del local) tenía un campo donde faenaba de forma clandestina animales propios, también adquiría animales alimentados presuntamente en el basural de Canals, hacía los embutidos y también prestaba servicio de catering, por lo que tenía acceso a gran cantidad de enfermos y eso explica los numerosos casos”, detalló. Aseguró, además, que “la carnicería está clausurada por la municipalidad”.
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