El lunes 9 de julio, poco antes de las 22, el profesor de inglés Edwar Alexis Vaz Fascioli bajó de su apartamento cuando sonó el timbre, en pleno centro de Punta de Este. Cuando abrió la puerta, una bala calibre .38 atravesó su frente.
El asesino y su cómplice se subieron a un auto que manejaba un tercero y abandonaron la escena, según grabaron las cámaras de seguridad. El conductor, justamente, fue detenido por la Policía. Y mandó al frente a la presunta autora material del hecho, de alto perfil en la ciudad balnearia uruguaya.
«Trabajamos con L.J.M», habrían declarado el conductor del auto, encargado de conseguir a los sicarios que detuvieron a la exesposa de la víctima, una mujer de 38 años vinculada la noche esteña, ya que en su mansión se organizaban fiestas swinger.
«Gypsee Queen» (Reina Gitana) es el nombre de la casona en el exclusivo barrio Beverly Hills. El nombre intentaría mostrar el origen étnico de L.J.M, cuyo padre se presenta como «príncipe internacional de los gitanos», según indican las crónicas policiales del país oriental. Aunque ella negó algún lazo sanguíneo con él.
L.J.M. y Vaz se casaron en 1997 y se divorciaron en 2016. En 2014, la mujer construyó la mansión, que posee un terreno de 1.049 metros cuadradosdonde se emplazan dos casas, que suman diez dormitorios y diez baños.
Se cree que la financiación para adquirir el terreno y construir la obra la aportó un alto funcionario del gobierno de Carlos Menem que mantenía un romance con una amiga de la principal sospechosa.
Sexo, mentiras y video
Vaz y L.J.M. tuvieron dos hijos, que tienen 20 y 16 años. Pero no mantenían un matrimonio «tradicional»: ambos practicaban la bigamia. Y algunas declaraciones señalan que él era el encargado de cuidar a los chicos, mientras su exmujer viajaba por el mundo.
Hasta un año después de la separación, Vaz seguía instalado en una de las casas de la mansión, mientras que en la otra L.J.M. vivía con una nueva pareja y con su amiga, con quien hacían las fiestas swinger. Aunque él era quien las organizaba, según relató la imputada.
«Tanto yo como mi amiga nos prostituimos obligadas. Después de nueve años intenté divorciarme, pero nunca pude. Él era un tipo muy chiquito, pero con ideas nazis y estaba armado. Era proxeneta», declaró la mujer.
«Sería la primera vez que se da una situación en que la prostituta es la ricay el proxeneta es el pobre», lanzó Martín Etcheverry, abogado de la familia de la víctima. Según el letrado, Vaz había vendido un auto de diez años de antigüedad, vivía en un departamento alquilado (donde fue asesinado) y debía cuotas de un crédito hipotecario.
Pero esas fiestas de intercambio de parejas eran más que conocidas en la noche esteña. Se estima que eran frecuentadas mayoritariamente por empresarios y políticos argentinos y brasileños de alto nivel adquisitivo. Según la prensa local, habría registros en video de esas fiestas captadas por cámaras escondidas en la mansión.
Por el momento, se desconoce el paradero de los sicarios. Sólo habló el conductor del auto, un albañil que trabajaba para la sospechosa, a quien confesó temerle. La mujer está detenida bajo prisión preventiva de 90 días hasta que se devele el misterio de la mansión swinger.
iProfesional