Científicos descubren que estimular el núcleo caudado del cerebro crea una visión negativa que nubla la toma de decisiones.
Un equipo de neurocientíficos dirigidos por la investigadora Ann Graybiel, del Instituto de Tecnología de Massachusetts en Cambridge (EE. UU) ha descubierto cuál es el área del cerebro responsable del pesimismo. La nueva investigación sugiere que tanto la ansiedad como la depresión son causadas por una sobreestimulación del núcleo caudado.
El trabajo, que ha sido publicado en la revista Neuron, ha examinado los fundamentos neurológicos del pesimismo en ratones y también ha encontrado pistas sobre la ansiedad y la depresión en los seres humanos.
Los expertos se centraron en un tipo de proceso de toma de decisiones conocido como conflicto de aproximación-evitación (un objeto de deseo que al mismo tiempo es deseado y rechazado).
Este enfoque describe situaciones en las que las personas (o mamíferos) tienen que decidir entre dos opciones al sopesar los aspectos positivos y negativos de cada alternativa.
Investigaciones anteriores ya habían identificado los circuitos cerebrales responsables de este tipo de toma de decisiones. Luego, descubrieron que tener que decidir en este escenario puede inducir un estrés significativo, y que el estrés crónico hace que los roedores elijan la opción más arriesgada que tenga la mayor recompensa potencial.
El núcleo caudado y la toma de decisiones
En el nuevo estudio, para recrear el escenario en el que los roedores tienen que elegir y sopesar positivos y negativos, los científicos ofrecieron a los ratones un chorro de zumo como recompensa, pero lo combinaron con un estímulo aversivo: una bocanada de aire en la cara.
En varios ensayos, los investigadores variaron la relación entre la recompensa y los estímulos desagradables y les dieron a los roedores la posibilidad de elegir si aceptaban la recompensa con el estímulo aversivo o no.
Como explican los investigadores, este modelo requiere que los roedores realicen un análisis de coste-beneficio. Si la recompensa es lo suficientemente alta como para compensar la desagradable bocanada de aire, los animales optarán por aceptarla, pero cuando la proporción se considera demasiado baja, la rechazarán.
También aplicaron una pequeña descarga eléctrica al núcleo caudado de los roedores para ver cómo afectaba su toma de decisiones. Cuando se estimuló esta área, los roedores no tomaron las mismas decisiones que antes de recibir un estímulo.
Específicamente, los roedores se centraron mucho más en el coste del estímulo desagradable que en el valor de la recompensa. Este resultado sugiere que los animales comenzaron a devaluar la recompensa que querían, y se enfocaron más en el coste del estímulo negativo. «Este estado que hemos imitado tiene una sobreestimación del coste en relación con el beneficio», explica Graybiel.
Además, los científicos descubrieron que la estimulación del núcleo caudado condujo a un cambio en la actividad de ondas cerebrales de los roedores.
Ansiedad, depresión y un «delicado equilibrio»
Los investigadores afirman que estos hallazgos podrían ayudar a los médicos a comprender mejor la magnitud de los síntomas de depresión y ansiedad, y señalar nuevos tratamientos.
«Sentimos que estábamos viendo un indicador de ansiedad, depresión o alguna combinación de ambos«, explica Graybiel. «Estos problemas psiquiátricos son todavía muy difíciles de tratar para muchas personas que los padecen».
A continuación, el equipo está buscando examinar si las personas que viven con depresión y ansiedad muestran hiperactividad similar en el núcleo caudado del cerebro. Los investigadores sospechan que la estimulación de esta zona del cerebro causa una interrupción en la dopamina, la ‘hormona de la felicidad’.
Fuente: Muy Interesante