La guerra contra los plásticos. Encuentran una nueva y creciente fuente de gases de efecto invernadero.
Llevamos escuchando muchos años acerca de los efectos negativos de los plásticos. Algunos tipos de plástico filtran sustancias químicas que interrumpen el sistema endocrino en los alimentos, mientras que otros ahogan o llenan el estómago de los animales marinos hasta que mueren de una muerte tortuosa. También están los plásticos que se mueven en nuestros océanos, y los microplásticos, que se han abierto paso hasta los mariscos, la sal marina e incluso el agua embotellada. Sí, definitivamente todos estamos comiendo plástico.
Ahora, una investigadora de la Universidad de Hawai en Mānoa School of Ocean and Earth Science and Technology (SOEST), Sarah-Jeanne Royer, ha descubierto que los plásticos también liberan metano y etileno -gases de efecto invernadero directamente relacionados con el calentamiento global-. Así las cosas, nuestra dependencia del plástico, no solo está abarrotando las playas con horrenda contaminación y asfixiando a las tortugas marinas, sino que está contribuyendo al calentamiento global.
Durante unas pruebas en las que investigaba cuánto metano provenía de la actividad biológica normal en el agua de mar, descubrió que las botellas de plástico en las que ponía las muestras de agua generaban más metano que los organismos en el agua. Fue un descubrimiento inesperado.
«El equipo de científicos probó policarbonato, acrílico, polipropileno, tereftalato de polietileno, poliestireno, polietileno de alta densidad y polietileno de baja densidad (LDPE), materiales utilizados para almacenar alimentos, textiles, materiales de construcción y diversos artículos de plástico», detallan los autores en la revista PloS One.
Lo peor no es que el polietileno, usado en las bolsas de los supermercados, es el polímero sintético más producido y descartado a nivel mundial, sino que es el emisor más prolífico de metano y etileno, lo que significa que estamos liberando ambos gases en todas partes.
Teniendo en cuenta que esta fuente no está catalogada para evaluar los ciclos globales de metanoy etileno, significa que, debido a que este es un nuevo hallazgo, estos gases no se han tenido en cuenta al calcular y modelar futuros escenarios de cambio climático, lo que evidencia que nos hemos perdido una posible fuente importante de gases de efecto invernadero. Es la punta del iceberg (plástico).
Para colmo, es probable que los gases de efecto invernadero liberados por los plásticos continúen aumentando, pues está pronosticado que la tasa de producción de plástico se duplique en las próximas dos décadas.
¿Conocen las empresas que hacen plástico este particular efecto ambiental?
Es imposible saberlo, pero lo más probable es que conozcan este extremo y quieran obviarlo por intereses económicos.
¿Podemos hacer algo?
¡Por supuesto! Podemos hacer muchas cosas: en primer lugar, podemos seguir presionando a las compañías de alimentos y bebidas para que propongan materiales plásticos alternativos que no contaminen el medio ambiente, y al mismo tiempo responsabilizarlas por el desperdicio que producen y que dejan en manos del usuario final (que somos nosotros) para lidiar con ello (reciclarlo).
También podemos rechazar el plástico tanto como sea humanamente posible en nuestra vida cotidiana. Utiliza bolsas de tela o papel en el supermercado, rechaza las pajitas de plástico, opta por una taza de café reutilizable para llevar. Recoge la basura que generes en la playa, y también en la ciudad (una gran cantidad de plástico llega al océano a través de los desagües pluviales). Haz lo que puedas en la oficina, en la escuela, en tu vecindario… Y ten esto en cuenta cuando te resulte tedioso: hace 40-50 años antes de que los plásticos se extendieran en el mundo, todo el mundo vivía sin plástico. No lo necesitaban. Tenían fiestas, vacaciones en la playa, morgas y bebían café y refrescos. Almacenaban comida y cocinaban platos y postres exquisitos. Y vivían sin plástico. ¿Por qué no podemos nosotros también?
Fuente: Muy Interesante