Al menos tres personas fallecieron y otras cuatro resultaron heridas este sábado en Filipinas como consecuencia del paso por su territorio del tifón Mangkhut, el más potente en lo que va de año. Pese al reguero de devastación que dejó tras de si por el norte del archipiélago, todo apunta a que su tránsito no fue tan dañino como el del supertifón Haiyan, un fenómeno de similar magnitud que hace cinco años provocó más de 6.000 fallecidos.
A última hora del día, las autoridades locales seguían evaluando los daños.Aunque algo debilitado respecto a las horas previas, la feroz tormenta tocó tierra a primera hora de la madrugada en la localidad nororiental de Baggao, en la provincia de Cagayán, con vientos sostenidos de 185 kilómetros por hora y rachas que superaban los 300. Su entrada causó daños en el aeropuerto de Tuguegarao, vital para el transporte de ayuda humanitaria, y barrió el tejado del capitolio provincial, según el portal de noticias local Rappler.Para las cuatro de la tarde, el ojo del tifón -de 900 kilómetros de diámetro- ya había cruzado el norte de Luzón, la isla más grande y poblada de Filipinas, rumbo hacia Hong Kong y el sur de China.
Atrás dejaba 100.000 evacuados, olas de hasta seis metros, grandes extensiones inundadas, árboles y postes de la luz caídos, carreteras bloqueadas, edificios dañados y cortes de electricidad, lo que está dificultando un recuento preciso de los daños en las áreas más remotas. Tan solo en la provincia de Cagayán, el tifón dejó al menos 14.000 viviendas totalmente destruidas y su gobernador, Manuel Mamba, hizo un llamamiento al gobierno central para el envío de fondos y ayuda humanitaria, según informó la agencia Efe. Sobre los fallecidos, el director del Centro Nacional de Reducción de Desastres (NDRRMC), Ricardo Jalad, dijo que dos de ellos eran trabajadores de un equipo de emergencias a los que sorprendió un deslizamiento de tierras cuando trataban de ayudar a un grupo de personas atrapadas en la región norteña de Cordillera.
La tercera víctima sería una niña de entre 9 y 12 años cuyo cadáver fue recuperado por la policía en el río Marikina, dentro del área metropolitana de Manila, aunque todavía están tratando de esclarecer si su muerte tiene que ver con las inclemencias del tiempo provocadas por Mangkhut.Además, el NDRRMC advirtió de que es posible que el número de víctimas aumente en las próximas horas, mientras se confirman varios avisos sobre posibles fallecidos y desaparecidos en áreas remotas. No en vano, los meteorólogos ya habían avisado de que incluso los vientos más débiles de este tifón podrían ser mortales.
«Pueden levantar coches, no puedes permanecer de pie, incluso ni gateando puedes ir en contra de este viento», aseguró a los medios Rene Paciente, un meteorólogo del gobierno. Pese a que está previsto que el Mangkhut, bautizado localmente como Ompong, abandone suelo filipino a última hora de la tarde del sábado, varias de las provincias norteñas de Luzón mantendrán el nivel de alerta número 3 (de un total de 5) porque está previsto que durante las siguientes horas se registren vientos de entre 120 y 170 kilómetros por hora. Además, los próximos días siguen presentando riesgos por el agua acumulada en los embalses y ríos de las montañas del norte de la isla procedente de las lluvias torrenciales, lo que puede derivar en nuevas inundaciones y corrimientos de tierras.
«Estamos pidiendo a la gente que permanezca alerta y continúe tomando precauciones», apuntó al respecto Paciente. Precisamente, en esa región norteña se concentra la mayor producción de arroz y maíz del país, dos productos básicos cuyos precios se han visto disparados este año tras el paso de una quincena de tifones.
Aunque los agricultores de la región han trabajado a destajo en los últimos días para tratar de cosechar la mayor cantidad de granos posibles, algunos cálculos del Departamento de Agricultura estiman que el paso de Mangkhut podrían echar a perder hasta 1,2 millones de hectáreas cultivadas, todo un varapalo para la economía de uno de los países más empobrecidos del sudeste asiático.Pese a los daños causados y la falta de una evaluación completa, parece que no se han cumplido los peores pronósticos, que días atrás señalaban a que el poder destructor de Mangkhut podía ser similar al de Haiyan en 2013, que arrasó el centro del país dejando 7.000 víctimas entre muertos y desaparecidos y 16 millones de damnificados.
Los errores detectados durante aquel episodio parecen haber servido de lección para las nuevas autoridades, que en esta ocasión han actuado con mayor antelación desplazando a miles de policías y soldados, acondicionando refugios en zonas elevadas y repartiendo agua y comida en aquellas zonas que pueden resultar más afectadas o quedar incomunicadas durante días. Mientras tanto, el tifón Mangkhut continúa su camino rumbo a la ciudad de Hong Kong, en donde se esperan sentir sus efectos más fuertes el domingo. Allí, las aerolíneas ya han cancelado más de 500 vuelos previstos para este día y el gobierno autónomo ha preparado 48 refugios y ha alertado a la población para que eviten salir a la calle o acercarse a las ventanas de sus casas, sobre todo en las islas y barrios más expuestos.
Ya en la China continental, siguiente destino del tifón, más de 50.000 pescadores y 11.000 botes pesqueros han sido llamados a puerto en la región costera de Fujian, donde se han suspendido los trabajos de cientos de construcciones y cerrado 128 lugares turísticos.
El Mundo