El presidente de FIFA, Gianni Infantino, habló en el G-20 por primera vez tras los incidentes en la Copa Libertadores. Lo hizo luego de un duro comunicado de River oponiéndose a jugar en Madrid.
River Plate rechazó el traslado de la final de la Copa Libertadores ante Boca al estadio Santiago Bernabeu, de Madrid, con un fuerte descargo a la resolución de la Unidad Disciplinaria de la Conmebol que se dio a conocer hoy y firmado por el presidente del club, Rodolfo D’Onofrio.
En su descargo, presentado el viernes, el club expresa «su total rechazo al cambo de sede» por considerar que el cambio de sede del partido es una medida «totalmente arbitraria, inequitativa y gravemente perjudicial para el club, sus socios y simpatizantes».
El escrito, que también firmó el secretario de River, Ignacio Villarroel, reclama a la Conmebol por los hinchas que pagaron su entrada para ver la final dos veces interrumpida, el sábado 24 y el domingo 25 de noviembre pasados.
Aduce que se «desnaturalizó la competencia y que no habrá igualdad de condiciones porque Boca fue local en el encuentro de ida», en alusión al primer superclásico que se jugó en ‘La Bombonera’ el 11 de noviembre último y finalizó igualado 2-2.
«EL FÚTBOL DEBE CONTINUAR»
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, expresó hoy su apoyo a la decisión de la Conmebol de que la final de la Copa LIbertadores entre River Plate y Boca Juniors se dispute en el estadio del Real Madrid, y enfatizó que «el fútbol debe continuar», en una conferencia de prensa que ofreció poco antes del mediodía en el predio de Costa Salguero de esta capital, sede de la Cumbre de Líderes del G20.
Afirmó hoy que los incidentes «tienen que marcar un antes y un después» para las personas vinculadas al fútbol. Dijo que hay «un problema de violencia en el fútbol que tenemos que erradicar», y llamó a «identificar a los responsables de estos hechos y que se haga algo contra estas personas».