Aquí estaba el cementerio de los Hube”, reflejó ayer con lágrimas en sus ojos Pacífico Ponce, nieto de la familia pionera que construyó el primer molino harinero de la Comarca Andina.
El lugar se emplaza sobre el paralelo 42°, a pocos metros del límite interprovincial entre Río Negro y Chubut, donde actualmente se está haciendo movimiento de suelos para levantar una vivienda.
“Aquí están enterrados nueve miembros de nuestra familia, pero un martillero vendió esta tierra sabiendo que había un cementerio. No respetó nada, ni siquiera la ordenanza de 2010 que declara este espacio como sitio histórico. Pedimos audiencias, pasó el tiempo y hasta ahora no tenemos resultados”, recordó Ponce.
“Estamos reclamando al municipio que se hagan valer nuestros derechos”, insistió a su turno Karina Ponce.
“Pensábamos que con la ordenanza el cementerio había quedado resguardado legalmente ,agregó, pero se vendió durante 2017 y el martillero estaba al tanto de lo que pasaba. Cuando vimos una máquina trabajando en esta zona nos alertamos y comenzamos un diálogo con el agente inmobiliario que ofrecía el loteo privado. Le hicimos saber la situación del cementerio e hicimos un acuerdo verbal donde se comprometió a no tocar estos dos terrenos”.
“Nos quedamos tranquilos, incluso cuando comenzaron a trazar las calles sugerimos nombres relacionados a la flora nativa o que alguna tenga el nombre de la primera abuela (Elisa Keim), que está enterrada acá”, graficó.
No obstante, “en mayo pasado vimos otra vez una topadora, pero esta vez ya tirando ripio sobre las tumbas. Fuimos a hacer la denuncia y la jueza de Faltas paró la construcción porque no tenían permiso para movimiento de suelos. Saltaron varias irregularidades del señor que compró este lote. Le dimos a conocer la historia del lugar, pero finalmente no se sintió agradecido por haber sido alertado de que iba a construir su casa con un cementerio abajo. Por el contrario, nos denunció por ingresar a una propiedad privada a parar las obras”.
Remarcó enseguida que “como vecinos estamos en una situación vulnerable y pedimos que el municipio tenga una postura firme, voluntad política y haga valer la ordenanza”.
Acerca de la historia reciente del predio, Karina Ponce detalló que “acá había un hermoso bosque nativo, con cipreses y maitenes centenarios, donde nos criamos; pero comenzó una tala indiscriminada y luego una sucesión de incendios intencionales que destruyeron las cruces de las tumbas y los cercos perimetrales de madera que se hacían en aquella época. Está claro que se trató de una especulación inmobiliaria desde el momento en que, con la llegada del Ejército a la zona, confiscaron las tierras a los abuelos y desaparecieron los papeles”.
Historia pura
También estaba previsto que dicho predio fuese puesto en valor como “cuna de la cerveza artesanal argentina”, toda vez que allí se sembraron las primeras plantas de lúpulo y cebada que dieron origen a la popular bebida. Otto Tipp, socio de Jorge Hube, pasó a la historia por izar en la punta de un roble una bandera blanca avisando que “la cerveza está lista”, además de su nombramiento como presidente de la República de El Bolsón (un intento secesionista en 1916 que duró pocos meses), quizás producto de aquellas libaciones entre parroquianos aburridos.
En su libro “El Bolsón de antes”, Naco Sales refleja que “don Jorge Hube, de nacionalidad chilena, fue el primer poblador de El Bolsón y la cuarta familia radicada en la zona. Siguió las huellas de Bernardo Azocar (radicado en El Hoyo en 1895) y al conocer estas tierras comprendió que no eran solamente aptas para la crianza de animales, sino también para la agricultura”.
“Aproximadamente en 1906 se asocia con el alemán Otto Tipp instalando el primer molino harinero, movido por fuerza hidráulica. Los accesorios navegaban desde Chile hasta Puerto Blest y junto con sus peones se pasaron meses cargando en sus pilcheros, desde Bariloche, las ruedas, poleas y ejes”, detalla.
A los pocos años, “sus chacras producían alrededor de 100 mil kilos de cereales por cosecha; gran cantidad de cerdos y excelente refinación de yeguarizos, que dio renombre a su estancia ‘La Paloma’, que llegó a tener 2 mil vacas”.
Además, Hube fue protagonista patriótico al encabezar en El Bolsón un movimiento para desbaratar un intento de venta de toda la franja cordillerana (desde Nahuel Huapi hasta Cholila) a la Compañía Agrícola y Frigorífica Cochamó (con intereses políticos chilenos), por parte de Florencio Martínez de Hoz, quien las “heredó” de Julio Argentino Roca tras apoyar financieramente su Campaña del Desierto.
Paradójicamente, fue el mismo Estado argentino quien despojó de sus tierras a los Hube con diversos argumentos.
“Tenían cementerio propio ,confirma Sales, sobre una loma, a 200 metros del paralelo 42°. Allí están sepultados los restos de los pioneros Jorge Hube, su esposa Elisa, Alfredo, Clara y las dos hijas mellizas de Eduardo y Marta, fallecidas a corta edad”.
En 1960, se impuso el nombre de Jorge Hube a una calle céntrica de El Bolsón, en función de sus méritos cívicos, incluyendo “la creación de la primera escuela nacional de la región, en Las Golondrinas (Pedro Pascual Ponce fue el primer maestro); el organizador del primer censo en la zona que comprendía El Bolsón, Ñorquinco, Cushamen y Cholila (en total, en 1905 había 90 familias); y la adquisición del primer automóvil en estos parajes, lo que dio apertura del camino de El Bolsón a El Maitén y otros vecinales”.
Ordenanza
La ordenanza 99/2010, firmada por Raúl García, sanciona taxativamente “Declarar de utilidad pública el espacio en que se encuentran los restos de Jorge Hube y familia, superficie comprendida en parte de la parcela cuya nomenclatura catastral es NC-20-1-J-007, lote 35, según plano 183/05, la que deberá determinarse con precisión”.
También solicita “a la Comisión de Cultura de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación la expropiación de la superficie, a fin de destinarla a sitio histórico”.
Asimismo, dicta “orden administrativa de no innovar” respecto al lote en cuestión.
Diario Jornada