Los 16 equipos de primera división tendrán que tener un mínimo de ocho contratos profesionales.
Un puntapié inicial se dio el fin de semana cuando el equipo femenino de Boca recibió a Lanús en La Bombonera, algo que no había pasado en toda la historia.
Cuando aquel 17 de agosto de 2017, en la presentación de la temporada de fútbol femenino en Ferro, Claudio Tapia sentenció: «Deseo ser el presidente de la igualdad de género en el fútbol argentino», muchos lo miraron de reojo. El próximo sábado por la mañana en el predio de la AFA será justamente el propio Claudio «Chiqui» Tapia que oficializará la profesionalización del fútbol femenino.
La inversión rondará los $2 millones mensuales ($24 millones al año), la entidad madre del fútbol argentino solventará un mínimo de ocho contratos profesionales y un máximo de once en cada plantel. Así, cada uno de los 16 planteles participantes de Primera División, recibirá entre $120.000 y $125.000 por mes para la profesionalización de sus jugadoras.
Esta decisión que pondrá a las jugadoras profesionales bajo el convenio colectivo de trabajo ya que tiene el acuerdo del empleador AFA y el sindicato Futbolistas Argentinos Agremiados, dejará por primera vez en la historia al fútbol femenino con una estructura rentada y profesional que está a mitad de camino de la Primera C (mínimo de quince contratos) y el Federal A (que tiene un mínimo de ocho).
Con escaso eco e indiferencia de la mayoría de la dirigencia del fútbol argentino, Tapia llevó adelante este proyecto desde junio del año pasado con dos reuniones clave: la primera en octubre con todas las partes interesadas y la segunda en diciembre cuando selló el convenio con Sergio Marchi y el sindicato de futbolistas.
Durante todo diciembre, enero y febrero una delegación compuesta por AFA y FAA fue por cada uno de los 16 clubes para explicar este proceso. En principio, muchos respondieron con indiferencia y hasta con cierta reticencia. Desde AFA remarcaron que era un compromiso asumido y en línea con los objetivos que pregonan FIFA y Conmebol. «Es una cuestión personal y un compromiso asumido por Tapia en 2017 nos explicaron desde Viamonte», admiten desde uno de los clubes visitados e incluso reconocen que no tenían fe de llegar a esta instancia.
Doble Amarilla