El joven de 28 años falleció a causa de un ataque de epilepsia y sus restos quedaron varados en el país vecino. Sus allegados no pueden repatriarlo para poder darle una despedida digna.
Un joven de 28 años, que era mochilero hace cuatro años, falleció en Bolivia tras sufrir un ataque de epilepsia. Sus familiares, que residen en la localidad bonaerense de Pilar, necesitan dinero para traer los restos del difunto y, de esta forma, poder darle una digna despedida.
Jonathan Ariel González se fue de su casa de Pilar hace cuatro años y comenzó una nueva vida como mochilero. De esta manera, vivió un tiempo en Tucumán, luego fue a Perú y, finalmente, llegó a Bolivia hace un año y medio. Allí, se dedicaba a vender pulseras artesanales y hacía malabarismo en los semáforos.
Según aseguraron allegados del difunto a cronica.com.ar, este sufrió un ataque de epilepsia el último domingo y falleció en el Hospital Viedma, situado en Cochabamba y ellos recién se enteraron de su muerte el pasado viernes.
«No quisieron darnos muchos detalles de cómo fue que murió, desde el centro médico dijeron que fue a causa de un ataque de epilepsia», manifestaron sus familiares.
Además, expresaron que deben juntar más de 30 mil pesos para traer los restos del joven a nuestro país. Si quieren el cuerpo, la tarifa sería mucho mayor. «Nos dijeron que debemos pagar 400 dólares para que retiren el cuerpo de la morgue. Luego, 200 más para cremarlo. Después, un familiar debe ir al país a buscar sus cenizas», dijo Patricia, de 51 años, la madre del joven, a Crónica.
«Somos una familia trabajadora y muy humilde, no tenemos esa cantidad de dinero. Estamos desesperados. Supuestamente, su cuerpo está envuelto en bolsas y permanecerá así hasta que lo saquemos. Nadie nos quiere ayudar», agregó.
El joven se fue de su casa hace cuatro años y, al menos, una vez por mes, mandaba un mensaje a su familia a través de Facebook para contarles las novedades de su viaje.
Este viernes, su hermana decidió escribirle porque lo extrañaba y, al entrar al perfil del joven, se encontró con terribles publicaciones de personas que despedían a su familiar. «‘Que en paz descanses’, le escribieron sus amigos en su muro. Me costó mucho entender la situación. No podía creer lo que estaba leyendo. Entonces, comencé a investigar», dijo Jennifer, su hermana.
Continuó: «Le mandé mensajes a sus amigos y me dijeron que mi hermano estaba muerto. Según me contaron, estaban reunidos en una casa cuando Jonathan sufrió un ataque de epilepsia».
«Me dijeron que no lograron salvarlo en el hospital. No nos dan más información, no sabemos con detalles qué fue lo que pasó. Estamos destruídos, no sabemos qué hacer. Solo queremos traerlo y despedirlo», sentenció.
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