A 336 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires está Las Toninas. Exactamente entre Santa Teresita y San Clemente. Su locación y el lecho marino arenoso la convirtieron en el lugar ideal para que ingresen los cables de fibra óptica que proveen de Internet a la Argentina.
Sí, Las Toninas es la capital nacional de Internet. Nuestro gran módem. En tiempos de satélites y tecnología, es curioso que el 97% de las conexiones del mundo provengan de cables submarinos.
El mapa de los cables de Internet
Hacía allá voy a buscar el bendito cable. Es de noche, las veredas están oscuras, las ventanas de las casas abiertas, adentro la gente ya está cenando. Viven apenas más de seis mil personas. Lo hacen con bastante tranquilidad y a la espera de la temporada de verano.
«Creímos que iba a ser mucho mejor», sentencia un taxista que maneja a toda velocidad por la arena. Todo se ilumina cuando llegamos a la calle principal. Ahí la banda de sonido se transforma y sólo se escuchan publicidades de un show circense y las máquinas de los jueguitos.
La dirección exacta de los cables y de la planta de procesamiento de datos es un verdadero misterio. Los toninenses más alarmistas no descartan ataques que busquen frustrar las telecomunicaciones del país. Un sabotaje nos dejaría sin Internet. ¿Se imaginan eso?
Finalmente, luego de algunas averiguaciones, llego a la estación de CenturyLink, dueña y administradora de uno de los cables de fibra óptica. Es una planta sin ventanas, de más de 4000 metros cuadrados, a una temperatura promedio de 20 grados.
Ahí trabajan tres ingenieros, que son los encargados de preservar la buena conectividad, y el personal de seguridad que vigila las instalaciones 24 horas.
Por momentos, el ruido de los ventiladores que enfrían los distintos aparatos hacen que la conversación con Ernesto Curci, vicepresidente de operaciones de CenturyLink, sea difícil de seguir. Según nos explica, es prácticamente imposible que se corte Internet porque tienen equipos duplicados que se activan e intercalan su funcionamiento ante el menor incidente.
Después de estar algunas horas en la planta, me dirijo a la calle 40 y la playa. Allá espera Ricardo Burkel, un experimentado buzo y también el encargado de llevar varios de los cables submarinos desde los buques cableros hasta la costa. Se los presento, el guardián del cable:
Debo confesar que cuando fui en busca del cable que provee de Internet a nuestro país, me imaginaba algo de gran tamaño, a lo que se ingresaba por lugares tan lúgubres como las alcantarillas de las Tortugas Ninjas. La realidad es menos fantasiosa pero igual de sorprendente: el cable tiene apenas cuatro centímetros de diámetro.
Podríamos resumir y decir que el trabajo de esta empresa es como la de cualquier mayorista: le venden Internet a los distintos proveedores. Y estos se encargan de que llegue a las casas o a los celulares. Es decir, las fallas que puedas tener en tu casa no necesariamente tienen que ver con lo que suceda en Las Toninas.
De hecho, y paradójicamente, casi todos los toninenses con los que hablé se quejaron de la mala conexión que tienen. Es más, lo comprobé en primera persona cuando en el hotel no pude acceder a ninguna página.
Por Jason Mayne para TN Tecno