Las videoconsultas se utilizan en los casos de baja complejidad. Hay críticas de asociaciones médicas.
Te despertaste con tos y resfrío. Llamás a tu prepaga para que te manden un médico a domicilio. Pero te sorprenden con una invitación: «¿Quisiera usar el nuevo servicio de atención online?». Te da curiosidad. Suena rápido, cómodo, y hasta «cool». Así que accedés. Y un doctor aparece en la pantalla de tu celular.
Palabras más, palabras menos, cada vez más argentinos viven esta situación. Se debe a que está en aumento el número de prepagas que usan la tecnología para complementar o reemplazar al tradicional médico a domicilio, a través del sistema de «videoconsulta».
Lo aplican para los casos de baja complejidad. Y le dan al paciente la opción de elegir entre recibir al médico en casa (como siempre) o contactarlo a través de un dispositivo, que puede ser una computadora, tablet o smartphone.
«Es una práctica bastante nueva. Tiene un crecimiento de alrededor del 40 o 50 por ciento de un año a otro», dice el presidente de la Asociación Civil de Telemedicina de la Argentina (ACTRA), Gabriel Barbagallo, que también es gerente de Relaciones Institucionales en Osde.
Esta asociación reúne a Osde, Medifé, Omint, Sancor Salud, la obra social de YPF, y «están por entrar Swiss Medical y Galeno», adelanta Barbagallo. «Todas estas prepagas realizan algún tipo de consulta online: videoconsulta, segunda opinión, interconsulta, asistencia remota, etcétera. La telemedicina es mucho más amplia que la videoconsulta», aclara.
En Osde, hicieron 20.000 videoconsultas en un año, en el área metropolitana. El porcentaje es bajo, considerando que atienden entre 8.000 y 14.000 consultas por día, pero el escaso número se debe a que queda afuera lo que requiere una mayor atención y las urgencias y emergencias. Sólo usan este sistema para casos de baja complejidad, como un cuadro febril o un trastorno digestivo.
«Llamando al doctor», el nuevo sistema del Grupo Galeno.
«Si el caso es de baja complejidad, y si el paciente lo acepta, antes de enviar el despacho de la atención domiciliaria -que siempre tiene un margen de dos a tres horas- se lo pasa en una primera instancia a una videoconsulta para que un médico lo empiece a interrogar», cuenta Barbagallo sobre el modelo de Osde.
«Nos dio muy buenos resultados, porque lo atiende un médico y una altísima cantidad de veces, aproximadamente el 80%, se resuelve el problema solo con la videoconsulta», continúa.
El grupo Galeno cuenta con la app «Llamando al Doctor». «El servicio arrancó en noviembre de 2018 con 200 llamadas en el primer mes. Se fue afianzando en la población de socios, incrementando su uso mes a mes. A menos de un año del lanzamiento, ya son más de 5.000 videoconsultas mensuales. Y sigue subiendo. Es una herramienta muy valiosa», cuentan desde la empresa.
En Swiss Medical integran los dos tipos de atención. Es decir, que se puede consultar al mismo médico de forma presencial y digital. «Lo estudiamos. La gente tiene una tendencia a recurrir con más confianza a médicos con los cuales tiene la posibilidad de interactuar presencialmente o con los que ya lo hicieron en algún momento», cuenta el director médico, Gabriel Novick. Y subraya: «Es muy distinto a tener un médico desconocido en un call center».
Desde Swiss Medical dicen tener «un aumento importante» de videoconsultas, aunque aclaran que «todas las opciones no presenciales son de crecimiento muy lento» y que el volumen es «marginal» respecto de la preferencia por la consulta presencial.
Claro que no todo es color de rosas y este método recibe cuestionamientos, en especial entre los médicos y las entidades que los nuclean.
«Ponemos mucho reparo en evitarlo, porque consideramos que el acto médico es sagrado y únicamente puede darse entre un médico y un paciente de forma presencial», sostiene Mauricio Eskinazi, presidente de la Federación de Entidades Médicas Colegiadas (Confemeco) que nuclea a los colegios médicos de casi todo el país.
«Con la teleconsulta se evita el contacto. La relación médico-paciente no se puede realizar de forma acorde. Y además no existe el examen físico, porque no está dada la posibilidad de auscultar, de palpar, de establecer algún vínculo», sigue Eskinazi.
En la Asociación de Médicos de la Actividad Privada (AMAP) denuncian la «precarización» del trabajo. Según el secretario general, Héctor Garín, «a los médicos que trabajan en telemedicina los tienen como monotributistas y ganan menos dinero que si estuviera en relación de dependencia, con vacaciones, aguinaldo y licencias por enfermedad».
«El único beneficio que tienen las teleconsultas es el ahorro de dinero para las empresas. Las prepagas son entidades comerciales destinadas a ganar dinero. Son empresas», subraya Garín.
Consultado por el tema de los costos, Barbagallo responde que «si un médico lo ve en el domicilio o lo ve en forma virtual, el médico sigue actuando y cobra por lo que hace. El costo del médico no se reduce. Lo que se reduce posiblemente son los costos de movilidad y traslados».
«Esta es una herramienta principalmente de acceso. El paciente tiene más acceso, si vive en un sitio alejado. Y tiene más rapidez para el acceso», asegura el presidente de la ACTRA, donde están organizando la Primera Jornada de Telemedicina, que se hará el 26 de septiembre desde las 13.30 en las oficinas de Osde (Leandro N. Alem 1067).
¿Y qué opinan los pacientes? «Estaba mal del estómago. Me mandaron un link por mail y bajé la app. Esperé unos minutos y apareció una médica. Fue amable y me explicó que tenía que seguir descansando, tomar agua y una bebida isotónica. Me diagnosticó gastroenteritis. Corté y a los dos minutos me llegó un mail con un certificado y las indicaciones para cobrar el reintegro en caso de comprar una crema de bismuto. Listo», cuenta Lorena Gutierrez, vecina de Retiro.
«Pero al rato la situación me empezó a hacer ruido: sentí que no estaba bien lo que había pasado, que un médico te ausculta la panza para escuchar los ruidos, te ve a la cara, los ojos. Cuando pude reflexionar la situación, me dio vergüenza. Decididamente no volvería a usar el servicio», concluye Lorena.
En otros países, la tendencia está más consolidada. En un estudio reciente, publicado en Annals of Internal Medicine, encuestaron a 1.274 pacientes de atención primaria de California, Estados Unidos. Después de hacer los exámenes online, más del 90% consideró que la consulta respondió a sus necesidades, que el médico estaba familiarizado con su historial, y que la calidad de la atención brindada fue buena. Aún así, casi la mitad de los pacientes (41%) dijo preferir las visitas en persona, informó El Clarín.