Rafa Nadal gana por cuarta vez el US Open y se sitúa con su 19º Grand Slam a uno de Federer tras una épica final ante Medvedev.
A sus 33 años Rafa Nadal apunta a una carrera y un palmarés eternos. De Roland Garros 2005 al US Open 2019 una exitosa trayectoria que ha tenido un capítulo excelso en Nueva York. El manacorí ha ganado por cuarta vez en Flushing Meadows, donde ya había sido el mejor en 2010, 2013 y 2017, habiendo cedido el último día de 2011.
Es su decimonovena corona de Grand Slam. Si de Roland Garros se marchó más cerca que nunca de las veinte récord de Roger Federer (38 años y a cero desde Australia 2017), encarará la próxima temporada a sólo una del suizo y alejándose del siempre peligroso Novak Djokovic (16).
12 Roland Garros, 4 US Open, 2 Wimbledon y 1 Open de Australia en 27 finales ‘grandes’ disputadas. Son 84 títulos profesionales. Oros olímpicos de individual y dobles, cuatro Copas Davis y un ejemplo vivo de cómo reinventarse a diario, mantener la ilusión y querer mejorar un poco en cada entrenamiento y partido.
Nadal es un fenómeno único en su conjunto dentro y fuera de la pista. Se hallaba en forma ante una ocasión única, y no deja escapar sus opciones si no hay elementos fuera de su control. Aunque para ella tenga que sufrir hasta la última gota de sudor, empujado por un adversario capaz de llevarle a la extenuación.
Batió con un tenis espectacular y contundente a un también brillante y resistente Daniil Medvedev, 23 años y nº 5 del mundo (será cuatro en el próximo ranking), por 7-5, 6-3, 5-7, 4-6 y 6-4 en 4h.49’ para guardar en la memoria como una joya del tenis y el deporte. Una barbaridad de final. Se dejó caer en la pista Nadal, emocionado. Lloró tras vencer y viendo cómo repasaban en el videomarcador todos sus títulos ‘grandes’.
El ruso demostró por qué ha disputado cuatro finales seguidas este verano, ya que dispone de tenis y mentalidad privilegiados. Condujo al límite a Nadal, que rozó la corona con ‘break’ arriba en la tercera manga (3-2), en la que tuvo dos bolas para ponerse 5-3 y saque para ‘match’.
Pero emergió un enorme Medvedev, que propició con su respuesta que la confrontación se hiciese un puesto entre la finales épicas. Ni superado por Nadal, que le había acribillado en Montreal (6-3 y 6-0), arrojó la tolla. Resistió hasta provocar que el duelo se convirtiera en una epopeya.
Fue una locura, el público se calentó ante tal espectáculo. Y pudo la veteranía, la magia y también la mayor energía de un Nadal menos desgastado en los días y semanas anteriores que Medvedev, que pidió asistencia del fisioterapeuta.
Cierre con suspenso y agonía
Nadal cerró con agonía un partido que empezó dominando con mano firme. No lo hizo con 5-2 y servicio, tampoco con 5-3 porque Medvedev remontó dos bolas de ‘match’. Necesitó levantar un 30-40 y definir a la tercera con su servicio.
Medvedev apretó hasta lo inimaginable, no parecía tener fin su depósito de talento y fuerzas. Nadal también se exprimió al máximo y tocó la gloria. Muy trabajada, en otro día de esos ‘made in Rafa’. Tan distintos como históricos.
Nadal, undécimo encuentro seguido ganado, se ha impuesto en 27 de los últimos 28. Ya apunta también al nº 1 mundial de Novak Djokovic, se queda a 640 puntos del serbio y sin nada que defender hasta la conclusión del curso.
Lo de Nadal no tiene límites. En abril pensaba si parar cansado de sufrir dolor en su cuerpo lesiones. En septiembre iguala los 4 US Open de John McEnroe. Deja atrás los 3 de Djokovic y Lendl y se pone a uno de los 5 de Sampras, Connors y Federer.
En su cuenta un talón de 3.850.000 dólares.
Tres avisos por tiempo de saque
En el anecdotario, que comenzó recibiendo un ‘warning’ del juez de silla, el local Ali Nili, con bola de ‘break’ en el juego inaugural. Una rareza por su prontitud. Y se repitió la acción con 1-1 en la quinta manga y también con 5-2 y servicio para ‘match’. Total de tres avisos, en una contienda de obstáculos.