La histórica exhumación y reinhumación del dictador Francisco Franco, cuyos restos serán trasladados mañana desde su mausoleo en el Valle de los Caídos, a unos 50 kilómetros de Madrid, hasta el madrileño cementerio de Mingorrubio, en el barrio de El Pardo, se realizará bajo extremas medidas de seguridad, con imágenes distantes, y con la mayor rapidez posible.
La medida, de gran repercusión y calado histórico tiene lugar en un momento en el que los militantes de extrema derecha se encuentran muy exaltados por la escalada del conflicto de secesión de Cataluña, donde se están produciendo protestas multitudinarias -y brotes de violencia- en respuesta a las duras penas de hasta 13 años de cárcel impuestas por el Tribunal Supremo español a los líderes del fallido proceso de secesión de 2017.
Ante cualquier intento de boicot al operativo se adoptaron fuertes medidas de seguridad y las autoridades vetaron las concentraciones convocadas por la Fundación Franco y la Asociación Reivindicativa de la Memoria Histórica Raíces, ambas de ultraderecha, en el cementerio de El Pardo-Mingorrubio.
El gobierno español realizó hoy, con 24 horas de antelación, el ensayo de cómo será el procedimiento y, según mostró la televisión pública TVE, apenas se permitirá ver las imágenes del momento en el que el coche fúnebre traslada el féretro del dictador hacia el helicóptero que, si el clima lo permite, realizará el trayecto desde el Valle de los Caídos a El Pardo.