Un equipo internacional de científicos ha descubierto que los seres humanos tenemos una capacidad similar a la de las salamandras para regenerar partes del cuerpo lesionadas, según un estudio publicado el 9 de octubre en la revista Science Advances.
Los responsables de este estudio identificaron que las personas, al igual que algunos reptiles, cuentan con un mecanismo regenerativo del cartílago. Este hallazgo podría conducir a tratamientos para la osteoartritis, el trastorno articular más común.
«Creemos que una comprensión de esta capacidad regenerativa ‘tipo salamandra’ en humanos, y los componentes críticos que faltan en este circuito regulador, podrían proporcionar la base para nuevos enfoques que ayuden a reparar tejidos articulares, y posiblemente extremidades humanas enteras», dijo Virginia Byers Kraus, de la Universidad de Duke (EE.UU.), una de las autoras principales del estudio.
Tipo de proteínas en el cartílago
Para comprender mejor esa limitación en los humanos, los responsables del trabajo idearon un método para determinar cuánto tiempo duran las proteínas en el cartílago. Comprender este proceso permitió identificar cuándo las proteínas clave en el cartílago, incluidos los colágenos, eran jóvenes, de mediana edad o ‘viejos’.
Se descubrió que la edad del cartílago en gran medida dependía de la parte del cuerpo en la que se encontraba. El cartílago en los tobillos era joven, en las rodillas era de mediana edad y en las caderas era viejo. Esta correlación entre la edad del cartílago humano y su ubicación se alinea con la forma en que se produce la regeneración de las extremidades en ciertos animales, que se reconstruyen con mayor facilidad en las porciones distales, es decir, los extremos de las patas o cola.
Este hallazgo también ha ayudado a explicar por qué las lesiones de las personas en las rodillas y caderas tardan mucho en recuperarse y, a menudo, se convierten en artritis, mientras que las heridas en los tobillos se curan más rápido y son menos susceptibles a la artritis severa.
El regulador del proceso regenerativo
Asimismo, los científicos notaron que ese proceso regenerativo era regulado por una molécula conocida como ‘microARN’ (‘microRNA’, en inglés), presente tanto en las personas como en las salamandras o el pez cebra. Sin embargo, la actividad de esa molécula en humanos es mucho menor que en los animales con capacidad de regenerar sus extremidades. Además, la concentración de esa molécula en las personas es más alta en los tobillos en comparación con las rodillas y las caderas, así como también es mayor en la capa superior del cartílago que en la parte interna.
«Nos entusiasmó saber que los reguladores de la regeneración en la extremidad de la salamandra también parecen ser los controladores de la reconstrucción del tejido articular en las extremidades de las personas», dijo Ming-Feng Hsueh, otro de los autores principales del estudio.
Los investigadores aseguran que los microARN podrían ser utilizados como medicamentos para prevenir, retrasar o revertir la artritis.
«Creemos que podríamos estimular estos reguladores para regenerar completamente el cartílago degenerado de una articulación artrítica. Si lográramos determinar qué reguladores nos faltan, en comparación con las salamandras, incluso podríamos agregar los componentes faltantes y algún día desarrollar un método para regenerar parte o la totalidad de una extremidad humana lesionada», dijo Kraus. «Consideramos que este es un mecanismo fundamental de regeneración que podría aplicarse a muchos tejidos, no solo al cartílago», agregó.