María Eugenia Vidal encaró la última semana de la campaña proselitista de cara a las elecciones del domingo próximo con actos en Hurlingham, Cañuelas y San Miguel del Monte. En esta último ciudad pidió: «En cuatro días tenemos que ir a buscar a los que no están convencidos. A los que tienen dudas o están enojados. El 27 de octubre no hay segunda vuelta. Es por un voto».
La jefa del Estado provincial, que tiene que descontar más de un millón y medio de votos que obtuvo su principal contrincante en las PASO, Axel Kicillof, afirmó: «Para nosotros el poder no es para siempre. Es servicio».
Vidal habló durante un acto en un club deportivo, donde se reunió un centenar de personas para aplaudir a la gobernadora. Pero no todos aplaudieron. En el fondo del salón, justo a la vista del escenario donde hablaba Vidal, se concentraron familiares de los cuatro jovenes muertos durante una persecución policial el 20 de mayo último.
«A los pibes los mató la policía. Justicia para Camila, Danilo, Gonzalo, Aníbal», decía la enorme bandera que portaban los padres de Danilo y el abuelo de Camila. Un amigo de la familia que ayudaba a sostener el estandarte dijo a LA NACION: «Vidal podría haber pedido la renuncia de Ritondo o podría haber enviado mayor ayuda psicológica al pueblo», se quejó Maximiliano Gil, docente de la escuela donde asistían varios de los chicos muertos.
«Queremos justicia», dijo el abuelo de Camila López, Fabián Zasosa. «Nunca vamos a dejar de pedir justicia por nuestros pibes», dijo la mamá de Danilo, que ayer festejó por primera vez el Día de la Madre sin su hijo. La marcha prevista para conmemorar los cinco meses de la tragedia se suspendió por el Día de la Madre. «Tuve un ataque de nervios. Pero acá estoy para pedir justicia», sostuvo.
En el fondo del local sonaba una marcha proselitista al ritmo remixado de «Te voy a extrañar». Los familiares de los cuatro jóvenes asesinados el 20 de mayo último durante una persecución policial se manifestaron en forma totalmente pacífica.
Vidal se reunió con otros de los familiares antes de ingresar al acto, según pudo reconstruir LA NACION. Una vez en el escenario, la gobernadora no mencionó directamente la tragedia que enlutó al pueblo entero. Sí, en cambio, habló de la policía. «No todos es lo mismo. En la policía ya no hay impunidad», dijo.
Luego hizo una reflexión sobre el poder. «El poder no es siempre tener razón. El poder no es maltratar. El poder no es para siempre. Es servicio».
Antes en los actos de Cañuelas y de Hurlingham había pedido ir a buscar a los que «tienen dudas, a los que están enojados». Pidió una y otra vez ir a buscar a esos electores y convencerlos de que «se puede mejorar. Se puede corregir y ser mejores».
«Tenemos que escuchar sin descalificar a los que están enojados. Nuestra esperanza no cayó», dijo Vidal, Y puso como ejemplo al candidato local de Juntos por el Cambio, José Castro, que se impuso en las primarias del 11 de agosto. Uno de los pocos dirigentes sin tierra que se impuso por sobre un alcalde gobernante opositor.
Vidal terminó el acto y se fue sin sacarse una foto con los familiares de la «Masacre de Monte», que la esperaron de manera pacífica, con la bandera, para recordar que – pese que hay 9 policías detenidos- aún no hay justicia para cuatro chicos muertos, informó La Nación.