En esta línea, también se pronunciaron oficialmente Rusia, Cuba y México, que le brindará asilo al ahora ex presidente.
Uruguay y Venezuela son los únicos países sudamericanos que oficialmente consideran que la renuncia de Evo Morales se debió a un golpe de Estado. En el continente también se sumaron Cuba y México, cuyo presidente Manuel López Obrador le brindó asilo político al ahora ex presidente boliviano.
En la misma sintonía se pronunció Rusia, que condenó el accionar de la oposición. Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso advirtieron que en Bolivia hubo «un golpe de Estado orquestado».
«Acogemos con alarma la dramática evolución de acontecimientos en Bolivia, donde una oleada de violencia desatada por la oposición impidió agotar el mandato presidencial de Evo Morales», señalaron desde el Gobierno ruso, según publicó el medio Sputniknews.
En tanto, Nicolás Maduro fijó la postura del gobierno venezolano: «El informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) fue la puñalada y el desencadenante que generó mayores focos de violencia. Han desatado una brutal represión en contra del pueblo boliviano. La OEA forma parte de este golpe de Estado contra nuestro hermano Evo Morales».
Uruguay y México sostienen la misma postura, que va en sintonía con lo expresado por el presidente electo Alberto Fernández.
«El Uruguay considera que no existe argumento que puedan justificar estos actos, en particular habiendo anunciado pocas horas antes el Presidente Evo Morales su intención de convocar nuevas elecciones, a partir del informe producido por la misión electoral de la Organización de Estados Americanos», sostiene el comunicado que difundió el Gobierno uruguayo.
México fue uno de los países que más rápidamente se pronunció y le brindó asilo político a Evo Morales. Así lo hizo saber su presidente, Manuel López Obrador, quien suscribió las palabras de su ministro de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard: «Los golpes militares nunca han traído nada positivo, suspenden la vida democrática, los derechos de las personas y, por consiguiente, estamos muy preocupados», dijo.
Evo Morales llegó este martes a México en un avión de ese país y al bajar de la aeronave aseguró que el presidente López Obrador le «salvó la vida».
Distinta ha sido la postura de los gobiernos de Argentina, Brasil, Chile y Colombia, entre otros países sudamericanos.
Pese a expresar su preocupación por la «crisis institucional» que atraviesa Bolivia, el Gobierno argentino, a través del canciller Jorge Faurie, consideró que la renuncia de Morales no configura como un golpe de Estado.
Para el jefe de Estado brasileño, Jair Bolsonaro, tampoco hubo golpe: «La palabra ‘golpe’ se usa mucho cuando pierde la izquierda, ¿verdad? Cuando ganan, es legítimo .Cuando pierden, es un golpe. No entraré en su narrativa allí. La izquierda dirá que hubo un golpe ahora», dijo.
En Chile, en medio de la crisis y multitudinarias protestas, el presidente Sebastián Piñera se limitó a señalar, a través de un comunicado y en línea con la postura argentina, «su preocupación por la interrupción del proceso electoral para elegir democráticamente al presidente y por la crisis por la que atraviesa la sociedad boliviana», informó Clarín.