La abogada Francesca Di Giovanni será subsecretaria de la Secretaría de Estado. Se ocupará de las relaciones multilaterales.
El Papa Francisco nombró por primera vez a una mujer como subsecretaria de la Secretaría de Estado del Vaticano.
Se trata de la abogada italiana Francesca Di Giovanni, que ocupará una de las dos vicedirecciones de la Secretaría de Estado.
Su cargo dependerá del secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, y tendrá como responsabilidades el sector diplomático de las relaciones multilaterales, según informó el Vaticano.
Di Giovanni, de 66 años, será número dos junto con monseñor Miroslaw Wachowski, ya que la Sección de Relaciones con los Estados cuenta desde ahora con dos subsecretarios. Wachowski se ocupará principalmente del área de la diplomacia bilateral.
La nueva subsecretaria de la Sección para las Relaciones con los Estados trabajaba desde hace casi 27 años en la Secretaría de Estado. Nació en Palermo en 1953 y es licenciada en Derecho. Completó su práctica notarial y trabajó en el sector jurídico-administrativo en el Centro Internacional de la Obra de María (Movimiento de los Focolares).
Desde el 15 de septiembre de 1993 trabaja como funcionaria en la Sección de Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado.
También ha trabajado en el ámbito multilateral, especialmente en las áreas de migrantes y refugiados, derecho internacional humanitario, comunicaciones, derecho internacional privado, condición de la mujer, propiedad intelectual y turismo.
«Signo de atención hacia las mujeres»
En declaraciones al diario del Vaticano L’Osservatore Romano, Di Giovanni valoró el hecho de que sea la primera mujer que ocupa un puesto de este nivel en la Secretaría de Estado.
«El Santo Padre ha tomado una decisión innovadora, ciertamente, que, más allá de mi persona, representa un signo de atención hacia las mujeres», declaró. En cualquier caso, señaló, «la responsabilidad está ligada a la tarea, más que al hecho de ser mujer».
Di Giovanni se ocupará a partir de ahora de las relaciones entre organizaciones intergubernamentales a nivel internacional e incluye la red de tratados multilaterales, que son importantes porque sancionan la voluntad política de los Estados con respecto a las diversas cuestiones relativas al bien común internacional: el desarrollo, el medio ambiente, la protección de las víctimas de los conflictos o la situación de la mujer.
«Una mujer puede tener ciertas aptitudes para encontrar puntos comunes, para cuidar las relaciones dando importancia a la unidad. Espero que el hecho de que sea mujer pueda reflejarse positivamente en esta tarea, aunque son dones que ciertamente también encuentro en la actitud de mis colegas de trabajo varones», concluyó.
En el último número del suplemento mensual «Donna, Chiesa, Mondo» (Mujer, Iglesia. Mundo) del Osservatore Romano se denunciaba que entre las cerca de 950 mujeres que trabajan en el Vaticano, aunque tienen igual salarios que los hombres, muy pocas ocupan puestos de responsabilidad y de alto nivel de gestión, indicó El Clarín.