Pocos de los espectadores del Super Bowl de este domingo habrán tenido memoria del incierto y relativamente humilde inicio de lo que ahora es el espectáculo deportivo más cotizado de Estados Unidos.
Hace medio siglo, el 15 de enero de 1967, se enfrentaron en esa final dos equipos del interior del país, los Green Bay Packers y los Kansas City Chiefs.
Carecían del carisma típico de las escuadras de hoy en día, el partido se organizó a las carreras y no se lograron vender todas las entradas.
Casi nada de lo que sucedió en torno a ese primer encuentro “final” de fútbol americano daría indicación del grandioso, multimillonario, exagerado y, a veces, chabacano espectáculo que combina deportes, farándula y comercio desmedido que es el Super Bowl.
Para que te hagas una idea de cómo fue ese primer Super Bowl y lo puedan comparar con lo que hayan visto en recientes ediciones o lo que vayan a ver este domingo, te presentamos 5 curiosidades del partido inaugural.
1. No se llamaba “Super Bowl”
Los organizadores no sabían cómo llamar el evento que definiría el campeón absoluto de ese año del fútbol americano.
En ese entonces existían dos ligas, la Liga Americana AFL y la Liga Nacional NFL.
Habían sido organizaciones rivales que competían por la contratación de jugadores, por aficionados y por audiencia, pero ninguno de sus equipos se habían enfrentado entre sí.
El partido por el campeonato entre los Green Bay Packers de la NFL y los Kansas City Chiefs de la AFL fue el resultado de la fusión que se acordó entre ambas ligas para consolidar sus intereses comerciales.
Se propusieron varios nombre, como «The Big One» (El Grande) y «The Game» (El Juego).
Pero finalmente se decidieron por el poco sexy título de «Partido por el Campeonato Mundial entre la AFL y la NFL».
Fue el entonces dueño de los Chiefs, Lamar Hunt, que tomó la palabra «bowl» o «tazón» (porque los estadios donde se juega el fútbol americano tienen esa forma) y la combinó con «súper», inspirado en una pelota de intenso rebote y muy popular de la época con la que jugaba su hijo llamada «Super Ball».
Pasaron dos años más antes de que «Super Bowl» se impusiera como el nombre del magno evento.
2. Un tercio del estadio estaba vacío
Es difícil creerlo ahora, pero para el partido de 1967 no se lograron vender todas las entradas.
En realidad, el evento fue organizado a último momento. Sólo unas semanas antes se decidió que sería en el Coliseo Memorial de Los Ángeles, California, con capacidad para 94.000 espectadores.
Sólo vendieron 62.000 entradas. Algunos se quejaban de que el precio, que oscilaba entre los US$6 y US$12, era demasiado alto.
Se hace difícil de entender, teniendo en cuenta que es uno de los espectáculos deportivos más cotizados en EE.UU. y que una entrada promedio cuesta hoy en día varios miles de dólares, sin mencionar el precio que se puede conseguir en reventa.
Además, varias ciudades se pelean por el derecho a ser sede del «Super Bowl», cuya organización puede inyectar cientos de millones de dólares en la economía local, gracias a la visita de los miles de aficionados y periodistas que llegan para el partido y el sinnúmero de fiestas y otras actividades asociadas.
3. Dos cadenas de TV transmitieron el partido
La cadena de televisión CBS tenía el derecho sobre los partidos de la NFL y la cadena NBC trasmitía los de la AFL.
Cada una pagó US$1 millón por los derechos de transmisión y, aunque las imágenes del partido fueron producidas por CBS, ambas cadenas tuvieron sus propios locutores, analistas, cámaras y otros equipos de difusión.
CBS y NBC se pelearon por la audiencia con la misma intensidad con la que los equipos jugaban fútbol en el campo.
Tras el intermedio, NBC se encontraba trasmitiendo comerciales cuando los Packers patearon el saque para iniciar el segundo tiempo y la jugada tuvo que ser anulada y repetida para que la audiencia de NBC no se perdiera el saque.
Esa fue la única transmisión conjunta del Super Bowl.
En la actualidad, CBS, NBC y Fox se turnanpor los derechos de transmisión de los partidos de la temporada y la final, por los cuales pagan cerca de US$3.000 millones, según la revista Forbes.
4. Se utilizaron dos marcas de pelota de juego
La rivalidad entre las ligas no sólo influyó en la transmisión conjunta del partido sino también en la pelota con la que se jugó.
Cada liga tenía su pelota oficial. La NFL usaba en sus partidos el modelo de pelota ovalada «The Duke», de marca Wilson.
La AFL, por su parte, prefería la J5-V fabricada por Spalding, que era más fácil de pasar porque era un poco más delgada y alongada.
La concesión a la que se llegó fue que, cuando un equipo tomaba la ofensiva jugaría con su pelota acostumbrada, así que hubo dos marcas en el partido.
Los Packers atacaron con la Wilson y los Chiefs con la Spalding.
Wilson ganó esa competencia. Y desde entonces, suya es la pelota de uso oficial en todos los Super Bowl.
5. Varias bandas universitarias entretuvieron al público
El fútbol americano es apenas una parte del espectáculo en un Super Bowl.
Igual de atractivo, sino más energético y emocionante, es el espectáculo musical que se apodera del campo durante el medio tiempo.
En este participan las grandes estrellas del momento, como lo hicieron Beyoncé, Bruno Mars, los Rolling Stones y Shakira, últimamente.
En 1967, sin embargo, fueron las bandas de la Universidad de Arizona y la Grambing College las amenizaron el intermedio, además de las acrobacias del equipo de la escuela local de Anaheim.
Parte del espectáculo incluyó el lanzamiento de 10.000 globos de helio y se soltaron cientos de palomas que, se dijo después, dejaron más de un recuerdo sobre las cabezas de los aficionados.
Lo único a lo que aspiraban los organizadores de ese primer campeonato entre la ALF y la NFL era que, alguna vez, su audiencia fuera superior a la Serie Mundial de Béisbol de las Grandes Ligas.
Poco se imaginarían entonces que alcanzaría las proporciones míticas del espectáculo que es hoy en día.