Marzo será el último mes en que la economía de los clubes argentinos no sentirá de lleno el efecto del coronavirus . A partir de abril, el mazazo por la actividad paralizada repercutirá en todos los empleos directos e indirectos que se generan alrededor de la pelota. Futbolistas, entrenadores, auxiliares, preparadores físicos, profesores y el resto de los cuentapropistas que trabajan a diario en los clubes tendrán que percibir sus sueldos en medio de la incertidumbre provocada por una cuarentena obligatoria que se sabe cuándo empezó, pero no cuándo terminará. Por eso los dirigentes de primera (ahora denominada Liga Profesional) piensan crear un comité de crisis para monitorear día a día la situación.
Y tienen un abanico de medidas a tomar: desde diferir el pago de los salarios más altos de los planteles profesionales hasta la apertura de procedimientos preventivos de crisis en el Ministerio de Trabajo. Además, buscarán que el Gobierno suspenda la implementación del reformado decreto 1212/03, que regula los aportes patronales y personales, y que los obliga a pagar más por sus empleados que en 2019. Algunos departamentos de marketing, incluso, ya piensan en beneficios puntuales para evitar la morosidad o las bajas de las cuotas sociales: desde programas de fidelización hasta prórrogas automáticas de los abonos de plateas.
Los clubes se financian con tres grandes rubros ordinarios: los derechos de TV, los sponsors y las cuotas sociales. Algunos, incluso, destinan el importe exacto que reciben de la TV a pagar los sueldos de su plantel profesional, como Unión de Santa Fe o Arsenal, entre otros equipos. Por eso, los $ 457 millones mensuales que abonan tanto Fox Sports como Turner son vitales para que no se quiebre la cadena de pagos del fútbol argentino. Según pudo saber LA NACION , ese ingreso estaría garantizado mientras dure la cuarentena obligatoria, aunque no haya partidos de fútbol. «El importe de esos meses podría quedar a cuenta de una futura renegociación del contrato», apunta una fuente de la Superliga, que el próximo 19 de mayo pasará a llamarse Liga Profesional. El convenio tiene una opción de continuidad a favor de las dos empresas en 2022, por lo que podría extenderse hasta 2027.
De todas maneras, y pese a que ese dinero parece garantizado mientras dure la reclusión obligatoria, muchos clubes de primera tienen presupuestos mensuales que exceden por mucho lo que cobran de la TV. Uno de ellos es Estudiantes de La Plata. El club que preside Juan Sebastián Verón ya tomó una decisión: liberó para sus socios el contenido de Estudiantes Play, la plataforma on demand con videos y entrevistas exclusivas a figuras de ayer y de hoy. Además, estudia programas de fidelización para sus abonados a plateas, una iniciativa que podrían imitar otros clubes: renovar sin costo el asiento hasta compensar la cantidad de partidos que no se jugaron. El escenario actual tiene un efecto colateral positivo para los asociados: los aumentos en las cuotas sociales que estaban programados para compensar el efecto negativo de la inflación quedaron postergados sin fecha. Ahora, el objetivo es cortar el caudal de bajas que se espera por la caída de la actividad y no aumentar la facturación.
«Vamos a trabajar con el comité ejecutivo y desde ahí puntualmente para cada divisional. Sabemos muy bien las necesidades que tienen y cómo están», aportó un dirigente de la AFA, que ya elevó ante la AFIP el reclamo de los clubes para que el Gobierno derogue la modificación del decreto 1212/03 redactada por el Ejecutivo que encabezaba Mauricio Macri, y que Alberto Fernández puso en marcha a comienzos de este año. El cambio obliga a los clubes a tributar el 14% de su masa salarial al Estado. «Una opción puede ser que nos discontinúen los aportes patronales patronales, o que los difieran para más adelante y en varias cuotas», continuó la fuente de la AFA. El Comité Ejecutivo, máximo órgano de discusión de la entidad, tendrá su primera reunión dentro de la cuarentena obligatoria en los próximos días. Y será en forma virtual.
La Superliga, por su parte, piensa en armar un comité de crisis para aunar criterios económicos y resolver cómo encarar el pago a los planteles y empleados. Piensan en ponerse todos los clubes de acuerdo, dado que la situación los impacta a todos por igual, aunque los presupuestos sean distintos. Las puertas cerradas y la pelota parada hace que ninguno genere ingresos. Los dirigentes también saben que la cercanía actual con el Poder Ejecutivo (uno de los dirigentes que más influyó para la salida de la Superliga y el regreso a la AFA es Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados) les va a permitir conseguir reuniones con funcionarios en tiempo récord. Esa relación fluida podría permitirles, por ejemplo, acogerse a los procedimientos preventivos de crisis en el ministerio de Trabajo. De todas maneras, no es una decisión que vayan a tomar a corto plazo: todo dependerá de la evolución de la pandemia provocada por el coronavirus.
La FIFA, que firmó un acuerdo de colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) podría aportar en el futuro un fondo común para los clubes. «La plata va a llegar y ojalá sea a través de las confederaciones continentales, como por ejemplo la Conmebol. Así se puede repartir en forma equitativa a todos los clubes sudamericanos», dijo a LA NACION el abogado uruguayo Alejandro Balbi, quien además de ser vicepresidente de Nacional (Montevideo) integra el comité de accionistas del fútbol en FIFA.
Gianni Infantino, el presidente de la FIFA, dijo en una entrevista con el Gazzetta dello Sport, de Italia, que primero está el tema sanitario: «La salud lo primero, luego el resto. Y el resto, para los directivos, significa esperar lo mejor y estar listos para lo peor, sin pánico, vamos a decirlo claramente. Jugaremos de nuevo cuando podamos hacerlo sin poner la salud de nadie en riesgo. Las federaciones y las ligas deben estar listas para seguir las recomendaciones de la OMS». Los expertos en derecho deportivo descuentan que en los próximos días la FIFA tomará una decisión sobre los contratos para evitar una desbandada general de futbolistas hacia los clubes más poderosos y con billetera más generosa. Nadie descarta que no haya prórrogas automáticas hasta la finalización de los torneos, por ejemplo.
Gianni Infantino, presidente de la FIFA
El futuro del ascenso
Así como el dinero de la TV de la Superliga parece asegurado durante los próximos meses, lo mismo ocurre con el abono mensual que paga Tele Red Imagen SA (razón social de TyC Sports) por los partidos de la Primera Nacional y la B Metropolitana. «Hoy no es una opción dejar de pagarles a los proveedores», dijo una fuente de la empresa, por lo que los clubes podrán contar con ese ingreso para los próximos meses. De todas formas, no todos los clubes tienen los sueldos de sus futbolistas atados al ingreso de TV. En la Primera C, por ejemplo, la cifra alcanza a cubrir los gastos de un equipo con un presupuesto bajo. A los animadores del torneo, por ejemplo, apenas les sirve para el 50%. El resto lo cubren con sponsors, aportes de particulares, cuotas sociales y actividades rentadas.
«Todavía no está definido cómo vamos a abordar la problemática a futuro, pero sí sé que a nosotros lo que AFA nos otorga (derivado de los contratos de TV) están garantizados. Los ingresos que sí se van a reducir son los de socios, entradas y merchandising. Cuando tengamos un panorama más claro veremos cómo abordar la situación con los planteles», aportó un directivo de la Primera C fuera de micrófono. «Todos tenemos proyecciones e incertidumbres. Marzo está garantizado, pero el contexto es bastante complicado», valoró Marcelo Achile, presidente de Defensores de Belgrano y futuro vicepresidente de la Liga Profesional en representación de todo el ascenso. «Estamos viendo y analizando qué vamos a hacer a futuro», agregó.
El factor clave es el tiempo. Los números de los clubes empeorarán a medida que la pelota siga parada por el coronavirus. Pero toda la industria del fútbol entiende que lo primero es la salud. Aunque esa prioridad implique que todos los eslabones de la cadena de pago tengan que perder algo de sus ingresos en los próximos meses.
Por: Alejandro Casar González, señaló La Nación.