Especular sobre cuándo y cómo volverá la actividad deportiva, para Guillermo Díaz resulta hasta un despropósito en tiempos donde la salud de todos los habitantes del planeta está en riesgo.
El vicepresidente de la Asociación de Arbitros Independientes de la Liga de Fútbol de Comodoro Rivadavia, y también encargado de compañía en el Regimiento de Kilómetro 11, se muestra muy preocupado por el avance del Covid-19 e insiste en respetar al máximo las medidas de prevención para frenar la pandemia.
“Gracias a Dios, en Comodoro Rivadavia y en la provincia no hay ningún caso positivo, pero tenemos que cuidarnos. Si somos unidos vamos a lograr un montón de cosas, pero si la gente no hace caso de la prevención, de cuidarse, de estar en casa, esto se va a complicar”, advierte en diálogo con El Patagónico.
Se anuncia que el pico de infectados se registrará en mayo, lo que por el momento impide hacer planificaciones de todo tipo, y en eso hace hincapié el árbitro nacido en Chajarí, Entre Ríos, cuando se le consulta sobre lo que puede suceder con el fútbol local.
“Con la situación actual que estamos viviendo, todavía no tendríamos que poner una fecha para volver porque no sabemos cuándo va a terminar esto. Hasta que no sepamos que desapareció la pandemia a nivel nacional, no podemos pensar en qué podemos hacer más adelante. Hoy tenemos que pensar en cuidarnos. Va a haber tiempo para pensar en el fútbol, pero hoy no estamos para pensar en esas cosas”, sentencia.
“Por lo pronto, hay que abocarse a la prevención de la familia, de los jugadores, de la gente que va a las canchas. Me encantaría estar jugando, que los clubes estén jugando, que mis colegas estén arbitrando, pero la situación que se vive actualmente es la reinante”, remarca Díaz, quien en 2012 y 2016, ambas veces en Haití, formó parte de las Fuerzas de Paz de las Naciones Unidas, más conocidas como “cascos azules”.
De todas maneras, es consciente de que la cuarentena complica más de la cuenta a muchos trabajadores. “El Covid-19 nos está afectando a todos, en todos los puntos: en el arbitraje, en la gente que trabaja en el centro en los comercios, en mis colegas que trabajan en la seguridad de locales a la noche. Hay chicos que trabajan solamente de seguridad y están bastante apretados”, afirma.
En medio de las preocupaciones y los deseos de que la pesadilla termine, Guillermo Díaz comenta que con sus colegas del arbitraje tienen una manera de distenderse.
“Tenemos un grupo de árbitros donde estamos en contacto, compartimos jugadas para opinar qué es lo que tiene que cobrar cada uno. Nos entretenemos haciendo algo grupal”, reconoce.